El "cóctel molotov de la pandemia": Aumentan los casos de maltrato físico a niños y adolescentes
La Fundación ANAR registró 166.433 peticiones de ayuda durante la pandemia
Las condiciones de aislamiento favorecieron el maltrato y "todas las problemáticas que afectan a menores de edad"
El maltrato físico contra niños y adolescentes se incrementó del 13% al 15,8% aunque se acentuó principalmente durante el confinamiento estricto
La Fundación ANAR ha revelado en un informe que la violencia física contra menores aumentó durante la pandemia. El confinamiento convirtió los hogares en "un cóctel molotov" en el que se agravaron todos los conflictos de niños y adolescentes
La fundación recibió 166.433 peticiones de ayuda y atendió 11.761 casos graves de violencia a menores en España en 2020, detectando un aumento del maltrato físico, según revela el 'Informe anual 2020: el Teléfono/Chat ANAR en tiempos de COVID-19'.
MÁS
El estudio, publicado este miércoles, recoge y analiza por primera vez, de forma integral, cómo el Covid-19 alteró todas las problemáticas que afectan a menores de edad y "agravó muchas de ellas".
"Durante el Estado de Alarma, la Fundación ANAR fue declarada operadora de Servicios Esenciales. Logramos el reto: ayudarles en el momento más difícil, cuando estaban aislados y nadie más podía hacerlo, recibiendo 166.433 peticiones de ayuda de toda España. Conseguimos atender 11.761 casos graves", ha explicado el director de Programas de Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros.
La Fundación realizó un "elevado" número de intervenciones de emergencia, un total de 2.277 a lo largo de todo 2020, con una media de seis diarias. Esto supone un incremento de los casos de urgencia alta (39,1%) y de máxima gravedad (55,6%).
El documento señala que el confinamiento y el aislamiento han provocado que se "cronifiquen" las situaciones de maltrato o de los problemas psicológicos, llegando a un 51,5% aquellos casos que venían sucediendo desde hace más de un año.
"La pandemia ha generado un cóctel molotov en los hogares"
"La pandemia ha generado un 'cóctel molotov' en los hogares que explica el incremento de los problemas graves en niños, niñas y adolescentes: el confinamiento del núcleo familiar en un espacio pequeño, la presión en las familias por el trabajo --bien por el sobreesfuerzo del teletrabajo, o por incertidumbre o problemas económicos-- o la ausencia de otros lugares protectores como el colegio o el médico. Además, el miedo por la pandemia y el duelo por seres queridos, entre otros muchos factores", advierte Ballesteros.
En cuanto a los casos de violencia, se observa que el maltrato físico se incrementó del 13% al 15,8% aunque se acentuó principalmente durante el confinamiento estricto y en las primeras salidas.
Además, el estudio revela que las consecuencias del COVID-19 han generado en la infancia "una gran frustración fruto de la indefensión y desesperación". Esto explica, según Ballesteros, el incremento en un 244% de las ideaciones y tentativas de suicidio de adolescentes durante el confinamiento.
Los trastornos de alimentación se dispararon
También aumentaron un 246% las autolesiones con motivo de la vuelta al colegio, y se "dispararon" los trastornos de alimentación, con un incremento del 826% en las primeras salidas tras el confinamiento, según ha precisado la directora del Teléfono/Chat ANAR, Diana Díaz.
La Fundación también ha detectado un incremento de los problemas asociados a la tecnología que pasaron de un 23,2% a un 29,9%, afectando a temáticas como grooming, ciberacoso, violencia de género, pornografía o prostitución infantil, entre otros.
El informe también muestra que durante el confinamiento y las primeras salidas despuntaron las dificultades relativas a separación, custodia y régimen de visitas y las consultas relativas a ayudas sociales y pobreza infantil, que alcanzaron la diferencia más aguda en el confinamiento, con un aumento del 307,2%, llegando a representar un total de 139 casos con esta problemática.
En este contexto, ANAR ha lanzado una serie de recomendaciones entre las que destacan: elaborar una estrategia para la erradicación de la violencia sobre la infancia y adolescencia; incorporar un mayor número de profesionales en el área de salud mental; declarar como servicios esenciales los diferentes servicios destinados a la protección de los niños frente a la violencia y agilizar la creación de los Juzgados especializados en infancia y familia que prevé la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia.