La historia de Jordi y Celia, jubilados, padres de acogida temporal: "Queremos darles la suerte que no tuvieron al nacer"

Por los brazos de Jordi y Celia han pasado ya ocho bebés. Ahora, uno de cuatro meses. Ambos han querido darle sentido a su jubilación con acogidas temporales de los que más lo necesitan. Y a fe que los consiguen. Celia y Jordi, una pareja de jubilados, decidieron hace tiempo criar y cuidar a niños que no tenían un hogar donde recibiesen el amor que necesitan durante los primeros meses o años de vida. "Es la combinación de querer una jubilación activa y útil y querer dar a los niños la suerte que no tuvieron al nacer", explica Jordi en el reportaje de Sonia Belmonte.

Ahora mismo tienen acogido a un bebé de tan solo cuatro meses al que dedican todo su tiempo, pero por sus brazos han pasado ya ocho bebés a los que cuidan como si fuesen sus propios nietos.

Durante el tiempo de acogida, entre el menor y la familia se crea un gran vínculo, lo que hace que la separación sea más difícil: "Cuando te dicen que los niños ya tienen una familia o unos padres adoptivos, es simplemente abrirte a la familia, darles todas las facilidades del mundo para que ellos puedan hacer su acoplamiento bien y decirles que aquí estamos", comenta Celia.

Las familias de acogida temporal, una herramienta útil

Las familias de acogida temporal son una herramienta de ayuda y adaptación para aquellos niños que van a ser adoptados definitivamente o que consiguen volver a su casa tras un tiempo separados de su familia. Hay un perfil concreto en estas familias que es especialmente positivo tanto para quienes acogen, como para los niños. Informa Sonia Belmonte.

Las personas mayores de 60 años, además del cariño que ofrecen, tienen mayor disponibilidad para poder ocuparse de ellos. Por su parte, los pequeños reciben la ternura y los cuidados que necesitan durante más tiempo.

Aumentan los menores tutelados pero no las familias adoptivas

Actualmente en Cataluña, lugar de residencia de la pareja, hay el doble de menores tutelados que en comparación con 2018 hasta los 6 años de edad. El problema es que el número de familias adoptivas no crece, lo que implica que el tiempo de estancia cada vez sea mucho más mayor.

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