¿Cada cuánto tiempo se debe limpiar la nevera?

La limpieza de la nevera es una tarea cuya importancia no debe ser desdeñada, si queremos asegurarnos de la calidad de los alimentos en su interior, y de mantener un ambiente higiénico dentro del propio electrodoméstico. Aunque puede no parecer una prioridad diaria, descuidar su mantenimiento puede llevar a la proliferación de gérmenes y malos olores, poniendo en peligro la frescura y salubridad de los alimentos que almacenamos.

¿Cuándo hay que limpiar la nevera?

Los expertos coinciden en que la frecuencia de limpieza de la nevera depende de las diferentes partes que la componen. Para una limpieza profunda, es recomendable hacerla cada dos meses como mínimo, vaciando completamente el frigorífico, retirando los estantes y cajones, y lavando todas las superficies con una solución suave de agua y bicarbonato de sodio o vinagre. Este proceso permite eliminar la suciedad y prevenir la acumulación de bacterias.

Algunas zonas de la nevera, como los cajones y las bandejas, deben limpiarse con mayor frecuencia, idealmente una vez a la semana, ya que es donde reposan los alimentos que pueden generar derrames o residuos. Las puertas, en cambio, por ser las más manipuladas, se recomienda limpiarlas cada dos días, prestando especial atención a las manijas, donde se acumulan bacterias.

Pasos para hacer una limpieza efectiva de tu nevera

  1. Desconectar la nevera de la corriente: Antes de comenzar, es fundamental desenchufar el aparato para evitar accidentes eléctricos y garantizar una limpieza segura y eficiente.
  2. Vaciar completamente el contenido: Se deben retirar todos los alimentos, aprovechando para revisar su estado y desechar lo que ya no sea apto para el consumo. Al hacerlo, se puede mantener un control más estricto sobre lo que se guarda en la nevera y evitar malos olores futuros.
  3. Limpiar con soluciones suaves: Para desinfectar las superficies internas de la nevera, es recomendable usar una mezcla de agua tibia con bicarbonato de sodio o vinagre blanco, ya que estas soluciones son seguras y efectivas para neutralizar olores y eliminar manchas. Es importante evitar productos químicos agresivos, ya que pueden dejar residuos tóxicos.
  4. No olvidarse las juntas de goma y el drenaje: Las juntas de las puertas acumulan suciedad y moho, por lo que deben limpiarse a fondo con un cepillo de dientes y una solución de agua y vinagre. El drenaje también puede obstruirse con restos de alimentos, lo que provoca malos olores, por lo que es recomendable revisarlo y limpiarlo periódicamente.

También es interesante saber que al colocar una pequeña caja abierta de bicarbonato de sodio en un estante ayudamos a absorber malos olores. Eso sí, esta caja debe cambiarse cada tres meses para que sea efectiva. Por otra parte, utilizar recipientes herméticos previene la mezcla de olores y ayuda a prolongar la frescura de los alimentos.

En conclusión, mantener una rutina de limpieza regular es esencial no solo para la higiene de la nevera, sino también para garantizar que los alimentos que almacenamos se conserven de la mejor manera posible. El esfuerzo invertido en mantener este electrodoméstico limpio tiene un impacto directo en la calidad de los productos que consumimos y en el funcionamiento eficiente del aparato.