Los vecinos de la Colònia de Sant Jordi, donde el pasado miércoles un hombre acabó con la vida de su suegra golpeándola varias veces con un hacha en su vivienda, permanecen conmocionados por el asesinato. Algunos de ellos escucharon los gritos de dolor proferidos por la víctima, dando aviso inmediato a las autoridades, que al llegar procedieron a la detención del presunto asesino.
El hombre es conocido por su comportamiento agresivo y violento. Quienes vivían en las inmediaciones del domicilio en el que residían saben de las peleas y discusiones constantes que protagonizaba. No en vano, tiene numerosos antecedentes precisamente por episodios violentos y antes de este crimen ya había sido detenido por agredir a policías y guardias civiles en la misma pedanía.
En la vivienda en la que se produjeron los hechos, una casa ubicada a las afueras de la localidad de la Colònia de Sant Jordi, en el municipio de Ses Salines, al sur de Mallorca, convivían la fallecida, su hija y el detenido, pese a que ésta última llevaba tiempo queriendo separarse de él.
Según señala Diario de Mallorca, citando a los propios vecinos, el problema es que él “no tenía donde ir y no quería irse de la casa”. Incluso, habían pedido ayuda varias veces, llegando la Guardia Civil a detenerlo previamente en varias ocasiones.
El día en que se produjeron los hechos hubo una discusión. Según algunas hipótesis, pudo deberse simplemente a que no había cerveza en la nevera cuando él llegó, algo que habría desembocado en la furia del detenido contra su suegra, quien presuntamente murió por los golpes que le propinó con un hacha en la cabeza, causándole heridas letales.
Los vecinos pudieron escuchar los gritos y, alertados por ello, rápidamente avisaron a las autoridades, que se desplazaron inmediatamente al lugar, en una zona de parcelas agrícolas y viviendas unifamiliares ubicada a unos dos kilómetros del centro de la Colònia de Sant Jordi, en las inmediaciones de la carretera procedente de Campos (Ma-6040).
“Cuando escuché los gritos creía que había matado a la hija, pero me equivoqué y la muerta era su madre”, ha contado una vecina de la urbanización en declaraciones al Diario de Mallorca.
Cuando llegaron, los agentes de la Policía Local y Guardia Civil encontraron el cadáver de la mujer asesinada, identificada como Erika, una mujer suiza de 74 años que llevaba más de media vida residiendo en el municipio costero de Mallorca y que era muy querida por todos los que la conocían.
Sin poder hacer nada por ella, solo pudieron confirmar su muerte, al tiempo en que procedieron a la detención del implicado en los hechos, un portugués de 47 años, quien se encontraba allí, en la vivienda. Ahora, la Guardia Civil trabaja para esclarecer los hechos y las circunstancias en que se produjeron.
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