Carmen Merino, la mujer encarcelada por acabar en febrero de 2019 con la vida de su pareja, Jesús María Baranda, en el conocido como crimen de Castro Urdiales, no va a recurrir la sentencia del Alto Tribunal ante el Constitucional, abandonando así su plan de seguir negando los hechos y cambiando su estrategia para poder empezar a solicitar permisos penitenciarios.
El Jurado Popular declaró culpable de homicidio a Carmen Merino en el año 2019 e iniciaba así un proceso de recursos por parte de la condenada. El pasado marzo de 2023, el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) confirmaba la pena de 15 años de prisión desestimando así el recurso presentado por la defensa de la mujer contra la sentencia dictada en diciembre de 2022 por la Audiencia Provincial de Cantabria. Ahora, la condenada ha decidido cambiar su estrategia y centrarse en sus permisos penitenciarios al haber cumplido ya un tercio de la condena, como recoge el Periódico de España.
El tribunal consideró probado que la mujer "causó intencionadamente la muerte" de Baranda en una fecha indeterminada de 2019. La víctima era un jubilado de banca vizcaíno de 67 años con el que convivía desde hacía años y del que solo se encontró el cráneo después de seis meses desaparecido.
Se basaron en indicios como la "reiterada" compra de productos de limpieza o las búsquedas que ésta hizo en internet desde su ordenador: "si desaparece mi marido cuánto tardo en cobrar la pensión", "cuánto tarda en descomponerse un cuerpo" o "cómo desatascar una motosierra", cuando según ella Jesús María no llegó a usar esta herramienta y teniendo en cuenta que lo buscó tras la desaparición de su pareja.
Además, también aludieron a las huellas encontradas en las bolsas del paquete que entregó a su amiga para que se lo guardara diciendo que contenía juguetes sexuales, en el que apareció el cráneo.
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