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Cae el clan familiar de los San Segundo, una organización criminal dedicada a la estafa a personas mayores con el timo del 'tocomocho' que actuaban desde Madrid y Toledo, tal como ha informado la Dirección General de la Policía en un comunicado, que ha logrado desarticularlo con un operativo en el que han sido arrestados hasta 12 individuos.
Pertenecientes todos al mismo clan, en la intervención se han llevado a cabo cinco registros en los que se han intervenido joyas, 243.000 euros en efectivo, décimos de lotería, elementos de disfraz y medicamentos entre otros efectos. Además, se les ha bloqueado 49 cuentas bancarias y seis inmuebles.
Totalmente organizados, algunos miembros del clan familiar llevaban más de 40 años realizando esta modalidad delictiva y, de hecho, la confianza existente entre sus miembros permitía un perfecto reparto de tareas y beneficios en sus actividades delictivas.
La investigación arrancó en noviembre del año pasado, cuando se detectaron varias denuncias de estafas a personas mayores en las que se cometían estafas con el método conocido como del "tocomocho".
Estas estafas, además, reunían patrones comunes entre sí que hicieron pensar a los investigadores que una misma red criminal podría estar implicada en todos ellos.
Fue así como dieron con el clan de los San Segundo. Gracias a las pesquisas realizadas, los agentes pudieron constatar que los miembros de la organización se desplazaban constantemente por todo el territorio nacional, haciendo uso de caravanas y multitud de vehículos diferentes para eludir los controles policiales.
Además, comprobaron que en algunas de las acciones, el clan familiar pasó de utilizar la habilidad para el engaño que utilizaban habitualmente, al uso de la violencia contra las víctimas, que por su edad y condiciones físicas, cuando reaccionan ante el engaño recibían amedrentamiento tanto físico como ambiental.
Investigando estos hechos, la Policía descubrió que, en determinadas ocasiones, el 'modus operandi' del clan familiar de los San Segundo pasaba del engaño al empleo de la sumisión química, para lo que, según los investigadores, empleaban benzodiacepinas para anular la voluntad de sus víctimas, principalmente personas de avanzada edad.
De ese modo, una vez lograban el efecto de somnolencia buscado, les trasladaban al interior de sucursales bancarias para que retiraran importantes cantidades de dinero, o a los domicilios de las víctimas para sustraer sus joyas.
Con todo ello, el clan familia presumía haciendo ostentación de su elevado nivel de vida (grandes cantidades de dinero y ganancias patrimoniales) a través de sus redes sociales, sin ser conocidas actividades profesionales o laborales que dieran origen a dichas ganancias.
En sus desplazamientos en vehículo, si detectaban que estaban siendo seguidos por los agentes no dudaban en emprender la huida a altas velocidades ocasionando grave peligro para la circulación del resto de vehículos.
Una vez que los investigadores detectaron la ubicación de todos los integrantes de la organización criminal, se llevaron a cabo un total de cinco registros: tres en la provincia de Toledo --dos en Illescas y uno en Casarrubios del Monte-- y dos en la provincia de Madrid --Móstoles y Navalcarnero--, durante los que se detuvo a los 12 miembros del clan familiar.
De este modo, gracias al operativo se logró desarticular a la organización criminal, recuperando gran cantidad de relojes y joyas sustraídos a las víctimas, 243.000 euros en efectivo, una escopeta de cañones recortados y cocaína junto a útiles para su venta. Además se han bloqueado 49 cuentas bancarias y seis bienes inmuebles, al tiempo en que se han intervenido talonarios de recetas, un sello médico y benzodiacepinas, así como disfraces que utilizaban para llevar a cabo el timo y billetes de lotería.
A todos los arrestados del clan de los San Segundo se les atribuye su presunta participación en los delitos de pertenencia a organización criminal, estafa, robo con violencia, detención ilegal, falsificación de documentos, tenencia ilícita de armas y contra la salud pública. La investigación continúa abierta y no se descarta que puedan aparecer nuevas víctimas.
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