En España, la compra de coches eléctricos sigue creciendo, lo que a es una buena noticia y, a la vez, supone retos inesperados. Uno de ellos es referido a su retirada por parte de las grúas en situaciones de infracción o de avería, ya que no pueden retirarse de la misma manera que los vehículos de combustión. Este problema se debe principalmente a características inherentes a los vehículos eléctricos, como su peso y necesidades especiales de manejo debido a las baterías de alto voltaje que portan.
Los coches eléctricos generalmente son más pesados que los coches de combustión debido a sus baterías. Modelos populares como el Tesla Model 3, Audi e-tron o Mercedes EQC pueden llegar a pesar más de 1.800 kilogramos - frente a los menos de 1.500 kilos que pesan de media los coches normales-, superando la capacidad de muchas grúas convencionales. Las grúas estándar en muchas ciudades, que son las de percha o las de tenedor, están limitadas a cargar vehículos de hasta 1.800 kilos, lo cual no es suficiente para la mayoría de los coches eléctricos. Esto ha llevado a que algunas ciudades, que carecen de grúas de plataforma adecuadas, no puedan retirar coches eléctricos mal estacionados o accidentados.
Además del desafío del peso, la manipulación de vehículos eléctricos requiere ciertas precauciones especiales debido a sus baterías de alto voltaje. Estas baterías pueden representar un riesgo de descarga eléctrica si no se manejan correctamente. Los operadores de grúas deben estar debidamente capacitados y contar con el equipo adecuado para manejar estas baterías de manera segura. La falta de capacitación y equipo adecuado es un factor crucial que impide que las grúas retiren estos vehículos de manera segura en situaciones de emergencia o infracción.
Para abordar estos desafíos, es esencial que las ciudades actualicen su infraestructura de grúas y la capacitación de sus operadores. Esto incluye invertir en grúas de plataforma que puedan cargar con vehículos más pesados, y también en programas de capacitación para operadores en las especificaciones y riesgos asociados con los vehículos eléctricos. Además, los protocolos para el manejo seguro de estos vehículos en situaciones de accidente o avería deben ser revisados y mejorados para garantizar la seguridad tanto de los operadores como del público.
A nivel regulatorio, también podría ser necesario revisar la legislación actual para asegurarse de que los requerimientos de extracción de vehículos tengan en cuenta las particularidades de los coches eléctricos. Esto incluiría regulaciones sobre el peso máximo que deben poder llegar a manejar las grúas y las certificaciones requeridas para los operadores que manejen este tipo de vehículos.
De esta forma, la dificultad de las grúas para retirar coches eléctricos en España se debe a un conjunto de factores técnicos y de capacitación. Resolver estos desafíos no solo facilitará el cumplimiento de las normas de tráfico sino que también impulsará la adopción de vehículos eléctricos, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones del país. Las autoridades locales y los operadores de grúas deben trabajar conjuntamente para actualizar y adaptar sus equipos y protocolos a las necesidades de una flota vehicular en rápida evolución hacia la electrificación.