En España estamos en pleno invierno, con un frío que aprieta y casi ahoga a primera hora de la mañana y última de la noche. Por esa razón no son pocos los conductores que optan por ponerse guantes para protegerse del frío cuando conducen su coche. Sin embargo, es lícito y necesario preguntarse antes de hacerlo si esto está permitido por la DGT, no sea que nos encontremos con una multa cuando lo que no queríamos encontrar era simplemente el frío en nuestros dedos.
Hay que decir en este sentido que, aunque el Reglamento General de Circulación no prohíbe específicamente el uso de guantes al conducir, hay aspectos clave que los conductores deben tener en cuenta para evitar posibles sanciones.
En el artículo 17.1 del Reglamento General de Circulación se indica que los conductores deben estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos. Si un agente considera que los guantes utilizados impiden mantener este control, especialmente si son demasiado voluminosos o de un material deslizante, puede llegar a interpretarse como una infracción y por ello dar pie a una incómoda multa.
Además, según el artículo 18.1 , los conductores deben mantener su propia libertad de movimientos y un campo de visión adecuado para la conducción. Esto va en la misma línea de lo que comentábamos en el párrafo anterior, de que unos guantes excesivamente grandes o que limiten el movimiento podrían ser motivo de sanción bajo este artículo.
Las infracciones relacionadas con el uso de guantes inapropiados para conducir se consideran leves y pueden acarrear a multas de alrededor de 80 euros, y hasta 200 euros. Esta sanción se basa en la interpretación del agente de tráfico y la evaluación de cómo los guantes afectan la capacidad del conductor para operar el vehículo de manera segura.
Existen guantes diseñados específicamente para conducir, hechos de materiales que permiten un buen agarre y no limitan el movimiento, son generalmente aceptables. El tipo de guantes que hay que evitar a toda costa son los típicos guantes de invierno gruesos o hechos de materiales resbaladizos, que pueden reducir la capacidad del conductor para manejar controles como el volante o la palanca de cambios, aumentando el riesgo de accidentes.
Es responsabilidad del conductor estar informado sobre cómo su equipo, incluyendo guantes, puede influir en su conducción. La educación sobre la seguridad vial y el conocimiento de las normativas pueden ayudar a reducir riesgos y evitar posibles multas.
El uso de guantes al conducir, aunque no está específicamente prohibido, entra en un área gris donde la seguridad vial y el control adecuado del vehículo tienen la total preferencia. La decisión de un agente de tráfico de imponer una multa se basará en si considera que el uso de guantes compromete la seguridad del conductor al conducir su vehículo y de otros usuarios de la carretera. La seguridad y el control adecuado son siempre la prioridad en la conducción.