La Guardia Civil es quien se encarga de aplicar la normativa de la Dirección General de Tráfico en la red viaria, por lo que son los encargados de multar a los conductores que se la salten.
Si bien hay infracciones que se repiten a lo largo de todo el año sin importar que haga frío o calor, como puede ser el exceso de velocidad, uno de los motivos por los que más multas se emiten, hay otras que son típicas de la época más fría del año.
El invierno es una época complicada en carretera porque además de prestar atención a los elementos habituales, es necesario sumar un extra, las condiciones meteorológicas no van a nuestro favor y no es raro tener que enfrentarse a fuertes vientos, lluvias, nieve e incluso hielo, para lo que es necesario estar bien preparado.
El vehículo debe estar en perfectas condiciones para poder circular reduciendo los riesgos y es precisamente en esto en lo que se centra la Guardia Civil durante los meses en los que las temperaturas son más bajas, en que los vehículos que circulan cumplan con las normas para evitar ponerse en peligro a ellos mismos y a los otros conductores.
Una de las multas más frecuentes en esta época del año es por circular con los neumáticos en mal estado, por ejemplo, por circular con alguno que tenga el dibujo por debajo del mínimo legar (que es 1,6 mm, aunque lo recomendable es que sea de 3 mm). También puede ser sancionado si los neumáticos tienen deformaciones, grietas, roturas… Las sanciones pueden llegar a alcanzar los 200 euros.
Una multa similar se puede recibir en caso de no circular con cadenas en caso de que estas sean obligatorias, algo que suele depender de las carreteras y, sobre todo, de las condiciones climáticas del momento. El único motivo para no llevar cadenas o dispositivos antideslizantes en caso de que sea obligatorio es llevar neumáticos de todo tiempo, que equivalen a llevarlas.
En esta época del año, las luces se convierten también en protagonistas, estas deben estar en buenas condiciones y funcionar bien durante todo el año, pero en invierno, la falta de visibilidad ante situaciones climáticas más extremas hace que sean de mayor importancia. Por ejemplo, pueden multarte por usar las luces antiniebla cuando no es necesario o por ni usarlas cuando se requiere.
También por no emplear la luz de emergencia si tu vehículo queda inmovilizado en un lugar o circunstancia en la que la visibilidad no es la mejor, si deslumbras a otros conductores en carretera o si mantienes encendido el alumbrado de carretera con el coche estacionado.
Siempre conviene asegurarnos de que el vehículo en el que circulamos está en perfectas condiciones, porque eso puede protegernos en caso de accidente, pero además, cumplir las normas también puede evitarnos el mal trago de tener de que nos saquen los colores por no hacer las cosas como es debido, además de tener que pagar una multa.