La nueva oledada de pateras que arriban a las costas canarias tiene hoy su foco puesto en el puerto de La Restinga, en la isla de El Hierro. En las úlimas horas, varias de estas embarcaciones han llegadado cargadas de hombres y mujeres, algunas portando en sus brazos a sus hijos, logrando escapar de la muerte y culminando un sueño que les saque de la pobreza.
Tras el rescate y la atención a los migrantes, los cayucos quedan varados en el puerto. En su interior quedan los restos de una travesía en la que acecha la muerte constantemente. Son rtrozos de ropa, de madera, bidones vacíos de gasolina, entre los que han viajado varones jóvenes y adultos, pero que cada vez más trae a menores no acompañados de 8 años de 11 años de 12 años y madres con bebés.
Se trata de una de las rutas más peligrosas de migración africana a costas comunitarias y también una de las que más peso está ganando en este fenómeno.
En el puerto de la Restinga coinciden los que ya han puesto un pie en tierra, los que esperan el desembarco y los que a poca distancia se acercan a la isla. En lo que va de año, El Hierro concentra la mayor llegada de inmigrantes. Aquí ha terminado el viaje del 55 % de los que han alcanzado Canarias. No cabe duda de que las condiciones meteorológicas influyen.
El 70% de todos los que entraron en España y un 150% más que en 2022. Y no todos consiguen llegar con vida. La Ruta Canaria se ha convertido en la más mortífera. 5 muertos solo este fin de semana. Sus cuerpos han sido enterrados en cementerios del hierro. Fallecidos de nombre desconocido en nichos identificados con un simple número.
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