La llegada de inmigrantes a Canarias no cesa, ya son más de 11.000 en lo que llevamos de octubre. Los dos últimos cayucos han llegado en la mañana de este lunes a Tenerife, rescatados por salvamento marítimo. Han sido detectados ya muy próximos al puerto de Los Cristianos. Uno traía a un centenar de personas a bordo y el otro, a 57 inmigrante más.
Y con ellos, son 2.000 los inmigrantes que han llegado a Canarias desde el fin de semana, muchos de ellos menores. Una cifra récord para esta ruta canaria que ve cómo la llegada de cayucos es incesante. Los centros de internamiento del archipiélago están al límite de su capacidad. Desde el Gobierno autonómico se hace un llamamiento a la solidaridad del resto de comunidades para que acojan menores inmigrantes.
A los llegados esta mañana a Tenerife, hay que sumar otros 565 que han llegado a la isla de El Hierro a lo largo de este lunes, 24 de ellos son menores de edad. Con estas cifras, 2023 va camino de convertirse en el año con mayor número de llegada de cayucos a Canarias en toda las serie histórica. Pero todos debemos saber las historias de esas personas que arriesgan todo por buscar una vida mejor.
Al cumplir los 17 años, Mamaru decidió dejar atrás su vida en Senegal y subirse a bordo de un cayuco. El destino era incierto, pero la vida quiso que llegase a las Islas Canarias. "Estuve en el centro de menores de Tegueste unos años, aprendí el español, me formé un poquito, y ahí me integré más con la gente del pueblo, gente maravillosa". Hoy, 18 años más tarde, alejado de su tierra, pero siendo uno más en la isla, recibe una noticia.
"Acaba de llegar un hermano mío y muchos amigos míos, que son amigos con los que he jugado en las calles de mi pueblo desde la infancia", señala Mamaru. Como él, su hermano, con 20 años, ha decidido arriesgar su vida y cruzar el oceáno: "El que viene en esas condiciones no viene aqui porque está aburrido, viene para buscar un futuro mejor".
Futuro al que no todos pueden optar. Muchos saben los peligros que conlleva realizar la travesía: "Aunque todo el mundo sabe que la muerte está en el camino, al llegar, en el camino, te van a decir: 'si ya en África estoy casi muerto, estoy muerto, pero estoy vivo'". Una muerte continua de la que solo tratan de escapar.