La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un proceso obligatorio cuya periodicidad depende de la antigüedad de cada vehículo, y su propósito es asegurarse de que los vehículos en circulación cumplan con los requisitos necesarios de seguridad y preservación del medio ambiente. Dada la frecuencia de estas inspecciones, pueden surgir preguntas y dudas al respecto, y una de ellas es: ¿Quién es responsable de reparar un vehículo si este se avería durante la ITV?
En el caso de que un vehículo sufra daños durante la inspección técnica, por ejemplo, con la rotura de un limpiaparabrisas, daños en las lunas, arañazos en la carrocería, o averías mecánicas debido a la acción de los técnicos, el seguro de la estación ITV se encargará de cubrir los costes de las reparaciones necesarias.
En el caso de que la avería se manifieste después de superar la ITV y abandonar las instalaciones, el propietario del vehículo debe demostrar que el problema se originó como consecuencia de una mala praxis durante la revisión realizada. Esto implica tener pruebas de que el vehículo estaba en perfectas condiciones al llegar a la estación y que la avería es directa consecuencia de la inspección.
El primer paso a seguir suele ser presentar una reclamación detallada en la ITV, sin olvidarnos de conservar una copia de esta. Las ITV tienen la obligación de remitir la reclamación y un informe detallado a la Dirección General de Industria de la comunidad autónoma correspondiente.
Tras ello, las autoridades pertinentes determinarán quién deberá asumir los costes de la reparación en cuestión. Si el resultado no es satisfactorio para el propietario del vehículo, el afectado puede recurrir a la justicia ordinaria para resolver este problema.
Las estaciones ITV deben suscribir pólizas de responsabilidad civil que cubran los riesgos de su responsabilidad respecto a daños materiales y personales a terceros. Estas pólizas deben tener una cuantía mínima de 300.500 euros por línea de inspección, aunque las comunidades autónomas pueden determinar otras cuantías siempre que respeten dicho mínimo establecido por ley.
En resumidas cuentas, en caso de averías durante la ITV, la responsabilidad de la reparación depende de si los daños ocurren durante o después de la inspección. La estación ITV es responsable si los daños se deben a su acción directa, mientras que los daños post-ITV requieren que el propietario demuestre la relación causal con la inspección. Las estaciones ITV están aseguradas para cubrir estos riesgos, y existen procedimientos de reclamación y resolución de conflictos establecidos para abordar estas situaciones. Por tanto, nunca está de más que documentemos en fotos o vídeo el estado de un vehículo antes de proceder a que pase la ITV pertinente.