El término 'disminuido' desaparece de la Constitución española. La primera reforma social de la Carta Magna hace justicia a un colectivo que lleva años luchando contra los prejuicios, las personas con discapacidad. Van a conocer la historia de Claudia y David: su empeño y su talento han sido más fuertes que las barreras que han tenido que sortear.
Claudia abre la puerta a su mundo con una inmensa sonrisa: "¡Buenos días!". Es psicóloga y consultora en varios idiomas. Una mujer brillante que, por su parálisis cerebral, ha tenido hacer frente desde que era una niña a los prejuicios de los demás: "No me querían admitir en la educación ordinaria". Aún le duele recordarlo: "Perdonadme que me emocione, pero es que mi vida hubiera sido totalmente distinta. Porque la educaciónes lo único que no te van a poder arrebatar".
Para Claudia, la eliminación del término 'disminuido' de la Constitución es positivo, pero no suficiente: "No existen las personas disminuidas, lo que existen son personas a las que se les ha disminuido las oportunidades". Las personas con discapacidad (cuatro millones en España) exigen que los cambios no sean sobre papel, sino que se traduzca en "acciones reales, palpables y tangibles".
David pide lo mismo y también trabaja, algo, por desgracia, poco común entre las personas con discapacidad. El mayor obstáculo que enfrentan, explica David, es que viven en un mundo que no está diseñado para ellos: "Por ejemplo, en muchos transportes públicos todavía está estropeado el servicio que anuncia las paradas, las estaciones, de manera verbal. Y también hay páginas web y apps de móviles que no son accesibles". Piden accesibilidad, un derecho universal. Pero es otro de esos aspectos en los que hay que pasar de las palabras a los hechos.
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