En Barcelona, el curioso comportamiento de la gente ante la decoración navideña del Paseo de Gracia está llamando la atención de los vecinos. Los turistas cruzan en plena calle tan solo por un motivo: hacerse un selfi.
Grupos de jóvenes esperan en la acera y, al ponerse en verde el semáforo para los peatones, se lanzan a la carrera esquivando coches e invadiendo la calzada para fotografiarse con las luces de Navidad. Una conducta un tanto surrealista que desata el caos.
Justo cuando cae la noche, las luces del Paseo de Gracia de la capital condal toman un especial protagonismo. La locura se desata entre los turistas que quieren hacerse con su fotografía para así tener su postal navideña personalizada.
Para ello, ocupan cualquiera de los seis carriles de la carretera sin importarles el tráfico o los vehículos que esperan a que el semáforo se pongan en verde. Tampoco les importa los cordones y controles que lleva a cabo la Guardia Urbana para organizar el tráfico de Barcelona.
Con la invasión de los peatones a la calzada, llega el enfado de los conductores. Barcelona no es la única ciudad en la que en Navidad los turistas llenan sus calles y forman pelotones para fotografiar las luces de sus calles.
Calles atestadas y cerradas al tráfico general, pero por las que el transporte público no puede casi ni circular. Por eso, los Ayuntamientos de toda España intentan hacer equilibrios para gestionar este intenso debate. que contenta a muchos y enfada a otros tantos.
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