En pleno debate sobre la conveniencia de su uso en niños y adolescentes, algo contra lo que empiezan a alzarse numerosas voces, los datos recopilados por el INE muestran que los jóvenes que ya nacieron hiperconectados parecen no concebir la vida sin un teléfono móvil.
Concretamente, más del 90% de los jóvenes de 14 años tiene uno, mientras uno de cada cuatro niños y niñas lo tienen a los diez.
En todas las franjas de edad, hasta los 15, se refleja un aumento de los usuarios, sorprendiendo específicamente que entre los más pequeños los porcentajes sean ya considerables. A los 11 años casi la mitad tiene uno de estos dispositivos.
Concretamente, dentro de ese grupo, y según el INE, el dato ha pasado del 5,4% al 45,7%.
En la calle son muchos los que opinan negativamente al respecto: “Me parece fatal”. “No les hace ninguna falta”. “Necesitan más ser niños; salir”, dicen algunos.
Para muchos padres, sin embargo, el paso al instituto, los 12 años, es el momento elegido para darles el primer teléfono, y se nota en los datos. A esa edad ya son un 72% los que están conectados. A los 13 es casi imposible resistirse.
“Todos los tienen, el tuyo no… y entonces parece que tu hijo pueda ser un bicho raro”, señala un padre.
Con 14 y 15 ya se puede hablar de un uso mayoritario, con unos porcentajes de un 94,1% y un 94,8% de menores con móvil dentro de esas franjas etarias respectivamente.
“A esas edades, si no tienes un móvil, es que estás desconectado, no eres nadie”, señala un joven.
No obstante, para algunos expertos sigue siendo muy pronto: “Es el momento más importante de establecer una relación con el otro”, señala Esperanza Pérez, psicóloga clínica.
Los datos del INE, no obstante, reavivan un debate cada vez más presente en las familias.
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