Un año sin Natalia Hernández, la joven madrileña que 'se tragó la tierra' en el Aeropuerto de La Palma

Este martes, 24 de octubre, se cumple un año de la desaparición de Natalia Hernández, la joven madrileña que aterrizó en el Aeropuerto de La Palma (SPC) y que no llegó ni a recoger su equipaje. Tras volar desde Tenerife Norte a la Isla Bonita, pretendía desplazarse en autobús hasta un hotel de Fuencaliente, donde iba a empezar a trabajar con una empresa de animación. Sin embargo, nadie sabe qué le sucedió. No se sabe ni si llegó a salir del aeropuerto. Y es que, 365 días después de perderle la pista, sus familiares todavía desconocen las circunstancias de su desaparición.

La Guardia Civil ha confirmado a Informativos Telecinco que la investigación sobre la desaparición sigue abierta después de un año. Mientras, los familiares de Naty, quien desapareció con 34 años y hoy tendría 35, se mantienen silencio. Hace unos meses reclamaron al Juzgado de Instrucción número 1 de Santa Cruz de La Palma acceder a toda la información recopilada por la Policía Judicial, pero no hay noticias al respecto. Este medio contactó con el círculo cercano de la joven, pero optan por la privacidad ante el trabajo de los agentes. Les consta que hay datos y temen una desaparición forzosa. Además, están colaborando con varias asociaciones de criminología. Esperan poder esclarecer los hechos.

Las alertas del Centro Nacional de Desaparecidos y de SOS Desaparecidos también siguen activas:

La vida de Natalia Hernández antes de desaparecer

Natalia Hernández Martínez es una persona que llevaba una "vida nómada". Tras salir de Madrid, pasó una época en Nepal y otra en Londres antes de instalarse en las Islas Canarias. Según mostraba en las redes, entre sus pasiones destacaban el baile, los animales, los viajes y las actividades relacionadas con la espiritualidad. De hecho, en una de sus fotos publicadas aparecía practicando yoga, con la 'postura del Águila'.

Naty llevaba un tiempo en Tenerife tratando de ganarse la vida. Al parecer, acababa de superar una relación sentimental y se había centrado en sí misma. Pero comenzó a atravesar dificultades, lo que la llevó a verse sin un lugar para pernoctar. Así, ante la necesidad del momento, consiguió trabajo en un camping de La Laguna a cambio de alojamiento y comida. La dirección del negocio aceptó su solicitud y todo parecía ir a mejor. Sin embargo, una noche, ocurrió un episodio en el que describieron un comportamiento extraño por su parte y terminaron por invitarla a salir de allí a mediados de octubre de 2022.

En ese momento, volvió a buscar trabajo. Y consiguió empleo rápidamente. Llegó a un acuerdo con una empresa de animación que presta servicios externos en un hotel de Fuencaliente, en La Palma. Tras decidirse por cambiar de ciudad, presuntamente por el nuevo trabajo, compró el billete de avión. Ya el 24 de octubre, se desplazó en un vehículo VTC hasta el aeropuerto de Tenerife Norte. El conductor que la llevó, según declaró ante la Guardia Civil con posterioridad, vio cómo Natalia reinició su teléfono móvil y cómo no pudo desbloquearlo por no recordar el PIN (aquel dispositivo permaneció apagado y no se volvió a encender, al menos con la misma tarjeta).

La desaparición de Natalia Hernández

Natalia viajó en avión y aterrizó en el Aeropuerto de La Palma (SPC). Está demostrado por los registros y, además, hay una última imagen de ella. La joven fue grabada por las cámaras de seguridad del recinto de Villa de Mazo (llevaba mascarilla, por las normas anticovid de entonces) y, de repente, su rastro se pierde. Su maleta, en la que había ropa y objetos personales, se quedó en la cinta de equipajes sin recoger.

No se sabe si salió del aeropuerto, y es que se habló de que las cámaras del exterior pudieron presentar problemas ese día. Lo que sí se sabe es que la persona que la contrató para trabajar en La Palma, y que esperaba su llegada, declaró ante los investigadores que Natalia le dijo que, una vez aterrizara, iba a coger una guagua -autobús- hasta Santa Cruz de la Palma para luego tomar otro medio de transporte público hasta Fuencaliente.

Pero no lo hizo. Y son muchos los que se preguntan si no hay más imágenes que puedan ser relevantes o si no hay testigos que puedan ayudar a esclarecer la desaparición. Ni siquiera han trascendido testimonios por parte de los trabajadores del aeropuerto, o de los pasajeros con los que compartió vuelo, entre otros posibles. Sorprende que nadie recuerde nada sobre si se fue sola o con alguien, o qué dirección tomó.

Las dudas de lo que ocurrió con Natalia Hernández

La primera pregunta que despierta el caso es si realmente Natalia salió del aeropuerto. Los investigadores han insistido en que se manejan todas las hipótesis, pero la desaparición voluntaria no es una opción que contemple la familia y la intención de acudir a su nuevo trabajo casi la descarta. Entonces ¿pudo sufrir un accidente dentro del aeropuerto? ¿Participó una tercera persona? ¿Conoció a alguien en el vuelo? ¿Fue engañada o coaccionada?

Natalia también pudo salir del aeropuerto y ya perderse su rastro: ¿se subió al coche de una persona que se ofreció a llevarla? ¿O de una persona que conocía y había quedado con ella? ¿Tuvo algún percance al ir al autobús por otra causa desconocida? Cuesta creer esto último. La estación de autobuses que la llevaría a Santa Cruz de la Palma estaba a apenas unos metros de la salida del aeropuerto. No se la pudo 'tragar la tierra'.

Recordamos que se barajó la posibilidad de que saliera en barco o que tomara otro vuelo, pero no es factible. Habría registros. Y Natalia no volvió a llamar a sus familiares, cuando solía hacerlo al menos cada cierto tiempo, no responde a un nuevo número de teléfono, no ha utilizado sus tarjetas bancarias y no ha publicado nada en redes sociales. ¿Qué le pudo ocurrir cuando solo buscaba cambiar de aires y afrontar una nueva experiencia? Es lo que quieren saber y por lo que luchan sus seres queridos. Todo es un misterio tras un año.