Este lunes, 16 de octubre, es el llamado ‘Día Internacional del Jefe’, una efeméride no muy célebre en estos días y a la que pocos reservan un lugar especial en el calendario. Su figura, –a menudo indisolublemente ligada a la presión, el estrés, la ansiedad y las continuas exigencias–, no está en su mejor momento, en plena inflación y con todo subiendo, a excepción del sueldo, que algunos lo mantienen cuasi ‘cuasicongelado’ y pese a todo esfuerzo, para mayor escarnio.
Así las cosas, y especialmente tras unas vacaciones o unos días festivos como el del reciente ‘Puente del Pilar’, volver al trabajo y ver al jefe para algunos se convierte en un auténtico suplicio, como deja intuir un estudio realizado por la empresa ‘Sodexo’ titulado ‘Tendencias en Recursos Humanos 2023’.
En él, concretamente, concluyen que el 58% de los empleados españoles consideran que tienen un mal jefe, y todo pese a que el 91% de los encuestados creen que contar con un buen líder es clave para estar bien en el puesto de trabajo.
Más allá, en esa estadística en la que casi seis de cada diez españoles consideran que no tienen buen jefe, el 59% considera al mismo tiempo que precisamente un cambio de liderazgo puede ser uno de los factores para permanecer en su empresa actual.
Estas cifras, no obstante, experimentan significativos cambios según la franja de edad de los encuestados. Así, los de más de 55 años son los que más valoran ese buen liderazgo, con un 88,5%, mientras los empleados entre 35 y 44 años le dan menor importancia.
En estas circunstancias, analizando qué es lo que más se valora en un líder y qué es lo que los encuestados consideran que le puede hacer mejor jefe, se puntúa positivamente que tenga una buena comunicación con su equipo (76,5%), la empatía (74%), que sea accesible y transparente (71,7%) y que sepa delegar demostrando confianza (69%).
En todo ello es importante un “liderazgo sensible”, donde el jefe tenga la inteligencia emocional suficiente para saber leer la situación, entender cómo se encuentran sus empleados o acercarse a ellos para, simplemente, interesarse y preguntarle.
El Día Internacional del Jefe nació en Illinois, hace ya más de seis décadas. Concretamente, una secretaria se olvidó de felicitar a su jefe, que casualmente era también su padre. Tras este suceso, impulsó la creación de este día, que hoy ha ido evolucionando con el tiempo desde distintas perspectivas: por un lado la de tener un recordatorio del impacto del estrés en el trabajo, para recordarnos que hay que bajar el pistón cuando estamos especialmente dedicados; y por otro el de reivindicar la figura del buen jefe, cuando este existe.