El Gobierno en funciones calcula que la revalorización de pensiones el próximo año conforme a la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC) se situará en una horquilla entre el 3,5% y el 4,5%. De esta manera, el gasto medio en pensiones sobre PIB en el periodo 2022-2050, corregido por el incremento de ingresos tras la reforma del sistema, quedará en el 12,4% del PIB.
Una vez conocidos los datos de inflación los nueve primeros meses del año, las variaciones que se puedan producir en estos últimos meses no se prevén acusadas, por lo que ya se puede intuir la horquilla en la que se moverá la revalorización de las pensiones del próximo ejercicio.
El hecho de llegar a principios de año sin unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) actualizados debido a la demora en la formación de Gobierno no compromete la revalorización de las pensiones, según aseguran desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Sería el tercer año consecutivo en el que las pensiones contributivas subirán en función de la fórmula contemplada en la reforma de pensiones y en la que se tiene en cuenta el IPC para evitar pérdidas de poder adquisitivo.
A la revalorización del conjunto de pensiones conforme a la evolución de los precios se sumaría la subida del 2% hasta 2027 estimada para las no contributivas y las mínimas que se encuentren por debajo del umbral de pobreza.
El objetivo es que la pensión mínima de jubilación contributiva con cónyuge a cargo alcance al menos en 2027 los 16.500 euros anuales (1.178,5 euros al mes por catorce pagas), un 22% más que ahora.
Las pensiones no contributivas, por su parte, crecerán también por encima de la revalorización media de las pensiones, hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unipersonal.