Javier Mariscal nació con la misión la de salvar la vida de su hermano, Andrés, y así fue. Han pasado ya 15 años desde que naciese en España el primer ‘bebé medicamento’ o también conocido como el hermano salvador, un bebé concebido mediante técnicas de reproducción asistida para ser genéticamente compatible con su hermano.
A partir del caso de Andrés y Javier se ha empleado en varias ocasiones en nuestro país esta técnica para salvar a niños con enfermedades genéticas, un método que funciona en torno al 75%.
Los gaditanos Soledad Puertas y Andrés Mariscal mantenían la esperanza de que su hijo de 6 años, Andrés, quien había nacido con una anemia congénita severa incurable que reducía la esperanza de vida del pequeño y les obligaba a vivir pendiente de las continuas transfusiones, se curase.
Viendo como poco a poco la vida de su hijo se apagaba, desde la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío de Sevilla comenzó a obrarse el milagro en forma de ciencia.
Mediante técnicas de reproducción asistida se seleccionó genéticamente a un embrión sano para no transmitir la enfermedad, Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), nueve meses después Soledad dio a luz a Javier, el 12 de octubre de 2008, sabiendo que con la alegría de su nacimiento también traía la sanación para su otro hijo.
El Diagnóstico Genético Preimplantacional es una técnica que permite analizar embriones fecundados in vitro para eliminar los que contienen alteraciones genéticas que transmiten enfermedades e implantar en el útero los que carecen de patologías congénitas.
Tras el nacimiento de Javier los médicos del Virgen del Rocío trasplantaron las células madre de la sangre de su cordón umbilical en la médula de Andrés, convirtiéndose en todo un éxito.
Ajeno a todo por su corta edad, Javier se había convertido en todo un héroe, casi cinco meses después de su nacimiento los médicos habían dado el alta al pequeño Andrés con los informes de que estaba curado ya que el 95% de sus glóbulos rojos se encontraban limpios.
Soledad y Andrés no se lo podían creer, su familia había aumentado en cantidad y la calidad de la vida del mayor de los hermanos había dado un vuelco, se había convertido en un niño como los demás.
En España, la ley que autoriza el diagnóstico preimplantacional con fines terapéuticos para terceros (Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida) entró en vigor en mayo de 2006 y establece que podrá ser autorizado sólo en casos limitados y excepcionales y previo examen individual de cada caso.
La familia Mariscal Puertas fue de las primeras en beneficiarse de la Ley de Reproducción Asistida y como muchos de los que rompen barreras también fueron criticados por algunos sectores, entre ellos la Conferencia Episcopal.
Con el recuerdo lejano de aquellos años de hospitales, agujas y los ojos de un niño llenos de dolor, pero con el futuro lleno de vida, el caso de la familia Mariscal Puertas ha dado esperanza a muchas familias.
Otros muchos niños han nacido después con la intención de salvar a sus hermanos, el último conocido fue la hermana de Diama.
El Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona y la Fundación Puigvert presentaron el pasado diciembre el caso de una menor con la enfermedad hereditaria drepanocitosis a través del trasplante de células del cordón umbilical y de médula ósea de su hermana seleccionada genéticamente
"Antes me encontraba muy mal, me dolía mucho la barriga y los huesos, pero ahora puedo ir a la escuela, ir al patio cuando hace frío y puedo correr en educación física", explicaba Diama en rueda de prensa.
Hoy se sentarán alrededor de una tarta de cumpleaños Javier, quien sopla 15 velas, pero también su hermano Andrés, ya que ese 12 de octubre de 2008 también empezó a vivir, unos hermanos unidos por un vínculo mayor que el de la sangre.