El relato de una argentina desde Israel: "De la felicidad plena a la angustia más profunda en menos de 15 horas"

La situación en Israel era predominantemente tranquila hasta que, este sábado por la mañana, combatientes de Hamás realizaron una incursión por el sur del país para iniciar un enfrentamiento armado que, según el primer ministro hebreo, será largo y muy complicado. Nada más comenzar el ataque masivo, Benjamin Netanyahu declaró el estado de guerra.

El periodista Henrique Cymerman ha advertido de que "para los israelíes esto es su propio 11S", mientras que una corresponsal, Youmna El Sayed, se llevaba un tremendo susto al caer un misil en un edificio cercano cuando realizaba una retransmisión en directo desde Gaza para la cadena qatarí Al Jazeera. Peor suerte corrió Muhamad al Salhi, fallecido en el este de Bureij.

El desgarrador testimonio de Michelle Wigdorowitz

Sin duda, uno de los relatos que más encogen el corazón es el que ha ofrecido la periodista argentina Michelle Wigdorowitz, que reside en Israel, para el diario 'La Nación'. Asegura que todo "sucedió en menos de 15 horas" y que pasó "de la felicidad plena a la angustia más profunda".

Detalla que a las 7:30 (hora local) sonó la sirena que en Tel Aviv existe para alertar a los ciudadanos de que tienen un minuto y medio para ponerse a salvo de los misiles. Fue entonces cuando "salté de la cama, alcé a las dos perritas que estoy cuidando temporalmente y entré el 'mamad', una habitación del apartamento que está acondicionada como refugio".

Aunque suene a tópico, no cabe duda de que la vida puede cambiar en un instante, en cuestión de segundos. Y es que, apenas unas horas antes, se encontraba bailando y disfrutando de una despedida de soltera en un barco.

Mientras cerraba las ventanas de hierro para que los misiles y las esquirlas no hagan estallar los cristales, una amiga le escribía para decirle que a su novio "le habían llamado para combatir en el Ejército". Otra, en este caso casada, pasaba por el mismo trance con su marido.

Wigdorowitz detalla que el sudor en las manos y las palpitaciones dieron paso a unos minutos que resultaron eternos y que le llevaron a tener la sensación de que se ahogaba cuando intentaba respirar. Una vez recuperado un poco el aire, rompió a llorar. Para entonces, ya se escuchaban las explosiones de los misiles interceptados.

A continuación, ante el miedo y la incertidumbre de qué es lo que estaba sucediendo, consultó webs de información y redes sociales. En ese preciso momento supo que se trataba de una operación sin precedentes de Hamás en territorio israelí por medio de tierra, aire y mar.

Leyó que ciudades y barrios enteros habían sido tomados y que los terroristas se encontraban en las calles y yendo de vivienda en vivienda para secuestrar y asesinar a civiles, por supuesto, inocentes.

Aún en estado de shock, y con el teléfono sin dejar de vibrar, respondió los primeros mensajes de WhatsApp de sus amigos israelíes. Afortunadamente, todos a salvo. La argentina también escribió a sus padres, pese a que eran las cuatro de la madrugada en su país, para confirmarles que estaba bien.

Una vez más, la realidad superaba a la peor de las ficciones. Wigdorowitz apunta que se trata de una verdadera película de terror nunca antes vista en la joven historia del país, un escenario que sorprendió a la población y al propio Gobierno.

Para concluir, subraya que sigue en pijama, probablemente su uniforme en los próximos días, e incluso semanas. Toda una pesadilla en la que la cifra de víctimas, tanto de fallecidos como de heridos, no deja de aumentar con el paso de las horas.