Los expertos advierten de que la plaga de chinches podría estar viajando en trenes de París a Londres

Francia se enfrenta a una oleada de chinches que ha provocado una gran alarma social puesto que no se ha visto nada igual desde la II Guerra Mundial. De hecho, el Ayuntamiento de París ha subrayado que la invasión de estos insectos chupadores de sangre debe resolverse antes de los Juegos Olímpicos del año que viene.

Los expertos sugieren que las chinches ya podrían estar viajando en el Eurostar a Londres. No obstante, se trata de una epidemia diferente a la que está teniendo lugar en España, concretamente en Barakaldo. En dicho municipio vizcaíno proliferan las chinches apestosas.

La vigilancia resulta fundamental frente a los chinches

David Cain, biólogo molecular y experto en control de plagas de chinches, afirma que ya ha encontrado dichos animales en la capital británica, según informa Euronews. "Ya ha pasado. La persona que tuvo chinches durante aproximadamente una semana había estado en el Eurostar la semana anterior", apuntó Cain.

Para quienes han estado en contacto con chinches, subraya el citado medio, la vigilancia es esencial. Y es que, como recalcan, el problema de los parásitos parisinos también podría estar asolando Londres en secreto.

Por otra parte, recuerdan el caso de Harry Robertson, quien sigue lidiando con el trauma persistente de su batalla contra las chinches. Pasó más de un año temiendo irse a la cama, aislándose de sus amigos más cercanos y de su familia.

Estos minúsculos parásitos viven en la tapicería y los muebles y se alimentan de las personas mientras duermen, dejándolas marcas rojas que pican. 

"Tiras la ropa de cama -y miras hacia abajo y hay pequeñas motas de sangre. Y finalmente te quedas dormido -duermes 2 ó 3 horas- y te despiertas a la mañana siguiente y estás cubierto de picaduras", destacó Harry.

Los tratamientos químicos pierden eficacia a medida que las chinches desarrollan resistencias. "Probamos con productos químicos y nunca conseguimos deshacernos de ellas. Nos mudamos, quemé una gran cantidad de mi ropa de cama. Tiré mucha de mi ropa", concluyó Robertson.