Aunque no seamos muchas veces conscientes de ello, la fauna de bichos con la que convivimos a diario en nuestras casas puede ser verdaderamente extensa. Entre los animales que nos podemos encontrar están los pececillos de plata, un insecto ágil cuyo nombre deriva del cierto brillo gris metálico de su cuerpo y que es inofensivo para la salud del ser humano puesto que no pica ni transmite enfermedades.
Conocido científicamente como Lepisma saccharina, mide entre 10 y 15 milímetros de longitud, puede llegar a vivir hasta 8 años y principalmente su actividad es nocturna. Se alimenta de silicona, papel, cartón o alimentos ricos en almidón y no lo encontrarás nunca en lugares donde haya rayos de luz natural. Con una imagen similar al ciempiés, se encuentra casi exclusivamente en edificios y requiere una temperatura mínima de 20ºC para desarrollarse.
Como decíamos, los pececillos de plata, cuyo hábitat natural son los cuartos de baño y los aseos debido a la elevada humedad que se acumula, son inocuos para los humanos. No obstante, corren rápido, son buenos trepadores y pueden causar daños en los alimentos y acarrear otros problemas como la aparición de ácaros o de nuevos insectos.
Debido a esto, a que cabe la posibilidad de que originen un problema cuando forman una plaga, es importante conocer algunos remedios para acabar rápidamente con ellos. Para una correcta inspección se debe verificar si existen marcas en los alimentos y presencias de manchas, escamas o heces poniendo especial atención en dormitorios, baños, altillos, techos, garajes o aislamientos.
Como medida de prevención es fundamental verificar si hay restos de alimentos, manteniendo los mismos en envases herméticos. Y es que pueden recorrer largas distancias en busca de pequeñas cantidades con las que sobrevivir. Además, cuando encuentran los productos, pasan la mayor parte del tiempo resguardados en el interior. También resulta clave disminuir la humedad y reparar cualquier fuga en tuberías.
En el mercado existen trampas de monitoreo para pececillos de plata aunque también es posible fabricar una casera. Para ello, debemos emplear un recipiente de cristal o de vidrio y envolver el exterior con cinta adhesiva de papel. Podemos colocar un trozo de pan en el fondo del vaso. El pececillo de plata subirá pero no podrá volver a salir por ser el vidrio demasiado resbaladizo. Es mejor colocar esta especie de cepos por la noche, cuando son más activos.
Si llegamos tarde y ya tenemos al 'inquilino' en el domicilio, cabe destacar la necesidad de que el espacio donde aparece tenga una buena ventilación. Además, para que su estancia no se prolongue más de lo deseado, podemos seguir una serie de consejos: