¿Has sentido alguna vez ansiedad mientras terminabas tu vaso de cerveza fría? Quizás ya estabas echando de menos el líquido espumoso color oro, incluso antes de que se te acabe, o bien simplemente estás pasando tanto calor que necesitarías varios litros más para quedarte saciado y refrescado tras un largo paseo o una sesión intensiva de deporte.
Si por un casual te has sentido identificado con la situación que hemos descrito puedes afirmar que sufres cenosilicafobia, una palabra que viene a describir el miedo irracional a que tu vaso se quede vacío. Aunque puede que este término te suene por haber sido usado por distintas compañías cerveceras y vinícolas, que sepas que se hace extensivo a cualquier tipo de vaso y de líquido.
Tampoco es un término de esos con solera, sino que se trata de una palabra de nuevo cuño que, en realidad no está registrada por los diccionarios médicos como una verdadera enfermedad o fobia, sino que hay que recurrir a fuentes menos oficiales para encontrar alguna definición de la misma, como Urban Dictionary.
No se conoce exactamente desde cuándo se usa esta palabra, pero sí que podemos analizar su composición para conocer su significado. La cenosilicafobia se puede dividir en tres partes que provendrían del griego. La primera sería ‘Ceno’, que viene de Kenos, y significa vacío. La segunda sería ‘silica’, que significa vidrio. La tercera y última es la más fácil, ya que es ‘fobia’, que proviene de phobos, y significa miedo irracional. Si juntamos las tres parte el significado de este raro término queda bien claro: el miedo irracional al vaso vacío.
Sin embargo, según los expertos médicos, la cenosilicafobia no puede ser considerada una fobia en sí misma, y a pesar de contener esa palabra dentro de sí misma. Y es que por lo general la falta no genera el desarrollo de una fobia, pero sí puede producir frustraciones y ansiedades. De hecho los especialistas y organismos médicos oficiales destacan que si fuera de verdad una fobia, produciría un miedo extremo e incapacitante al vaso vacío, lo que llevaría a aquellos que lo sufren a, probablemente no usar vasos, entrar en bares o consumir cualquier tipo de bebida en un recipiente de este tipo. Hasta el momento no se conocen casos de pacientes con cenosilicafobia que sufran este tipo de reacción a las situaciones descritas.
Cómo decíamos más arriba, una fobia es un trastorno de ansiedad que se plasma en las vidas de los pacientes como explosiones de miedo incontrolable y persistente a una situación, objeto, actividad o detalle que representa poco o ningún peligro real. Se trata de un trastorno que puede llegar a ser incapacitante, puesto que hay pacientes que llegan a sufrir ataques de ansiedad cuando tienen que enfrentarse a aquello que es objeto de su fobia.
Hay formas de convivir con ello, pero requieren de tratamiento y seguimiento por especialistas médicos. Su aparición se debe tanto a factores genéticos como a sucesos del entorno de los pacientes, aunque no hay conclusiones definitivas, ni estudios, que arrojen luz sobre por qué aparecen o qué tipo de sucesos son los que las desencadenan.
Lo que es seguro es que el miedo al vaso vacío, la cenosilicafobia, no se ajusta a la descripción de las fobias, en tanto que no produce ese miedo irracional, sino más bien una sensación de ansiedad y/o falta de confort. Eso sí, se trata de una palabra que queda la mar de bien cuando estamos con nuestros amigos y queremos que nos pidan otra cervecita sin querer reconocer que nos ha podido el ansia a la hora de acabarnos la cañita anterior.