Asunta Basterra, diez años de un crimen sin explicación que se estudia en las universidades de Derecho y Criminología

Un 21 de septiembre de 2013 un nombre, el de Asunta Basterra Porto, dio la vuelta al mundo al haber sido asesinada por sus propios padres, como posteriormente acreditó una sentencia, sin que se conozcan muchas incógnitas como cuál fue el móvil que les impulsó a ello. De hecho, el caso de Asunta se estudia en las facultades de Derecho. Los docentes destacan la complejidad de la investigación y la importancia de las decisiones de un jurado popular. Y es que este crimen obtuvo sentencia mediante una prueba indiciaria, una serie de indicios, no una prueba contundente e irrefutable que demostrase la directa culpabilidad. 

En la década transcurrida la madre Rosario Porto se quitó la vida en prisión en noviembre de 2020, el padre, Alfonso Basterra, sigue en la cárcel coruñesa de Teixeiro sin solicitar permisos que podría obtener, el chalé donde todo ocurrió ha sido ocupado y en la capital gallega se ha estado rodando una serie sobre el espeluznante caso. No hay nadie que haya olvidado lo ocurrido, porque en todo este tiempo no han sido pocas las veces que los nombres de los protagonistas han vuelto a ocupar titulares.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia consideró en su sentencia de apelación que fue Rosario la única culpable de asfixiar a su hija, aunque determinó que lo hizo "en ejecución del plan preconcebido" con Alfonso para acabar con la vida de la menor. Asunta tenía en sangre el día de su asesinato, que se produjo por "sofocación", 0,68 milígramos de lorazepam por mililitro de sangre, una dosis "altamente tóxica" que equivale a tomar más de 27 pastillas de este producto, consumidas durante la comida del día 21 de septiembre o después.

Las pistas apuntaron desde el primer momento al entorno cercano y, más en concreto, a sus padres, separados, que la noche en la que se produjo su muerte habían acudido a una comisaría de Santiago de Compostela a denunciar la desaparición de su hija. El cuerpo fue localizado después de que, en la madrugada del 22 de septiembre, dos hombres que circulaban por una pista forestal del lugar de Ferros, en la localidad coruñesa de Teo, dieran la voz de alarma.

Un okupa detenido en la casa del chalet de Teo

La última ocasión, justo esta misma semana, cuando la Guardia Civil detuvo a una de las personas que estaba allanando el chalet de Teo (A Coruña) donde fue asesinada la pequeña y que una vez los padres de Asunta entraron en prisión quedó semiabandonado. Hay una heredera, amiga de Charo Porto, que está tratando de solucionar la situación.

La detención del 'okupa', de hecho, se produjo después de que la actual propietaria del inmueble, María Teresa Sampedro, conocida como La Nena y amiga íntima de los fallecidos padres de Rosario Porto y de la propia Charo, denunciase lo que estaba ocurriendo en esa residencia con piscina y cancha de tenis. Esta mujer, que fue la única persona, aparte del abogado, que visitó a la condenada en su estancia entre rejas, es la dueña de la casa desde el suicidio de Charo.

Rosario Porto, enterrada junto a su hija

La madre y asesina de Asunta Basterra, Rosario Porto, descansa en un panteón situado en el cementerio compostelano de Boisaca, paradójicamente junto a las cenizas de su hija, por cuyo crimen fue condenada junto a su exmarido. El periodista Alfonso Basterra continúa cumpliendo la condena impuesta sin admitir su responsabilidad en el atroz delito por el que fue castigado a 18 años.

Basterra no disfrutó de permiso penitenciario alguno, pese a que, de solicitarlo, quizá sí que podría tener derecho, por ejemplo con el caso de las salidas de los fines de semana. No se sabe la respuesta que daría la junta penitenciaria porque él nunca ha dado este paso. De los porqués del asesinato, del desencadenante, nada se conoce, aunque los potenciales motivos se tratarán en una ficción, dado que la productora Bambú Producciones ha querido rodar una docuserie de varios capítulos para la plataforma Netflix sobre este suceso que saltó a la luz cuando el antiguo matrimonio denunció en comisaría la desaparición de Asunta.

El cadáver de la menor fue encontrado en una cuneta cercana a la casa familiar de Teo y, tras ello, se inició una investigación en la que se descubrió que la niña había estado ingiriendo ansiolíticos de manera continuada y que había fallecido de una manera violenta, por asfixia. En la pista forestal en la que fue hallado su cuerpo inerte, un altar con flores, peluches, estampas y mensajes recuerda a Asunta

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