La semana comienza aún sin recuperarnos de las últimas tormentas y con el anuncio de una nueva Dana con más tempestades hasta el viernes. Son tremendas las imágenes que han dejado las impresionantes granizada que han caído sobre Villatoya, en Albacete, donde el alcalde va a pedir la declaración de zona catastrófica, pero también varias localidades valencianas.
Los daños materiales son muy cuantiosos en el pequeño pueblo albaceteño, donde la tormenta de granizo ha destrozado las lunas de vehículos y edificios, así como grandes destrozos en el mobiliario urbano, calles y carreteras.
Los vecinos de Villatoya sufrieron la caída de los pedruscos de hielo, como proyectiles caídos del cielo; todo aderezado con importantes rachas de viento. La alerta naranja por la previsión de fuertes lluvias se convirtió en una granizada histórica que sorprendió a todos: unos en el coche y otros, con más suerte, en sus casas.
La carretera de acceso al pueblo manchego se transformó en una vía impractible por el granizo que lo cubrió todo y el 112 no daba abasto. La piscina del balneario de la localidad, se convirtió en una piscina de bolas, pero de hielo. Los daños son cuantiosos, sobre todo para los agricultores que han visto como los 15 m3 caídos en apenas una hora acompañados del granizo han machacado sus viñedos.
Las autoridades calculan que son más de 10.000 hectáreas de explotaciones agrarias afectadas por el granizo en el sureste de la provincia de Albacete. También hay afectaciones en el sector hortícola y los olivares concentran el 60% de los daños.
En Benaguacil, Valencia se repetía la escena dejando un escenario idéntico. El granizo cayó como pelotas de golf, pero más pesadas y destructivas. Al caer rebotaban contra el agua y apedreaban el suelo. Por suerte la tormenta fue corta, porque en apenas 10 y 15 minutos pasó de todo: granizo, intensa lluvia y viento, una combinación de fenómenos extremos, que ha provocado coches abollados, cristales reventados, pero también techos y ventanas de viviendas que no soportaron las rachas fortísimas, que fueron grabadas desde su patio por muchos vecinos.
Este lunes, muchas localidades valencianas han despertado recuperando los contenedores que fueron arrastrados por los ríos de lodos, limpiando las calles de trozos de árboles y saneando lo que el agua y el viento se llevó.