La alimentación es clave para nuestro bienestar físico y psíquico. No se trata solo de ingerir comida porque sí, sino que es un proceso que puede ayudarnos a sentirnos mejor. Esta idea llevó a numerosos profesionales a hablar de la alimentación consciente o mindful eating, la cual “consiste en aplicar la atención plena o Mindfulness al comer, poniendo atención e intención a la experiencia de pensamientos, emociones, sensaciones físicas y conductas que tienen lugar antes, durante y después del acto de comer”, explican en Quirónsalud. Y claro está, comer con el móvil en la mano no ayuda a tener una mayor consciencia del acto de alimentarnos. De hecho, incluso provoca que engordemos.
Cuando estamos comiendo, disfrutando de lo que ingerimos o simplemente alimentándonos para seguir con la jornada, el cuerpo está pendiente de este acto, de manera si no prestamos atención, podemos provocar que los hábitos alimentarios cambien.
Un buen ejemplo de ello es la investigación realizada en la Universidad Notre Dame de Kioto (Japón) que ha aparecido en numerosos medios. En ella se estudió a un grupo de estudiantes japonesas, a las que se dividió a su vez en otros dos grupos. Después de tres años, las que comieron mirando el teléfono móvil aumentaron su peso una media de tres kilos, al contrario de las que no lo hicieron.
Obviamente comer con el móvil en la mano en sí mismo no es lo que causa el aumento de peso. Sin embargo, puede tener un impacto indirecto en los hábitos alimenticios y en la cantidad de comida que consumimos. Algunas de las razones de esta afirmación son las siguientes:
En definitiva, comer con el móvil en la mano no solo resulta menos saludable, sino que además provocará una ganancia de peso. Por lo tanto, a la hora de la comida, es conveniente seguir una serie de directrices que eviten estas consecuencias.