La mujer asesinada por su marido en su casa de Moratalaz llevaba muerta entre dos o tres días cuando fue encontrada el jueves, junto al cadáver de su esposo, que luego se quitó la vida, según han determinado las autopsias.
La víctima tenía una hija y un hijo mayores de edad y, según indicó este lunes el Ministerio de Igualdad, no existían denuncias previas por violencia de género contra el presunto agresor, ni había órdenes de alejamiento en vigor.
La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género informó ayer por error de que la víctima murió el pasado 15 de julio en Madrid, cuando en realidad querían escribir el 15 de agosto, han indicado a Europa Press fuentes policiales.
La necropsia también ha determinado que la mujer, Soledad, española de 50 años, falleció tras recibir un disparo de una pistola de bala cautiva, utilizada para sacrificar animales. Fue el mismo arma utilizada por su marido, español de 62 años, para suicidarse tras matarla.
Algunos vecinos y una trabajadora de la limpieza habían detectado a primera hora del jueves un fuerte olor que trascendía de un hogar situado en la calle Félix Rodríguez de la Fuente número 81. Además, la perra del matrimonio que vivía allí ladraba constantemente y nadie atendía a las llamadas.
Por eso, tras avisar al 112, hasta el lugar acudieron a las 14:15 horas del jueves primero agentes de la Policía Municipal y luego de la Nacional, que llamaron a los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, que acabaron derribando la puerta de la vivienda.
Dentro, encontraron dos cadáveres en diferentes estancias y en avanzado estado de descomposición. Sanitarios del Samur-Protección Civil solo certificaron que ambos estaban sin vida, sin manipular los cuerpos, indicó a Europa Press una portavoz de Emergencias Madrid. El juez de guardia aprobó horas después el levantamiento de los cadáveres y el precinto de la vivienda por orden del Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid.
En el piso han trabajado agentes de la Policía Científica y del Grupo V de Homicidios, quien se está haciendo cargo de la investigación para determinar las circunstancias de ambas muertes. Lo que está claro es que se trata de un caso de violencia de género, la número 36 en lo que llevamos de año en España, la tercera en la región madrileña.