Si hay una comida habitual en los meses de verano en España, ese es el gazpacho. Se trata de una sopa fría compuesta generalmente de tomate, pimiento, pepino, ajo y aceite de oliva que no solo resulta refrescante, sino que aporta una buena cantidad de nutrientes al organismo.
Por esta razón, no es de extrañar que sean muchos los que se dejan llevar por sus encantos casi a diario. Es entonces cuando surge la pregunta de si es buena la ingesta continuada de este plato típico o si, por el contrario, el gazpacho puede provocar algún efecto secundario a nuestra salud.
Si echamos un vistazo rápido a los componentes del gazpacho nos damos cuenta de que todos ellos son esenciales en la dieta mediterránea, de modo que comerlos habitualmente no tiene por qué suponer ningún riesgo. De hecho, se podría asegurar que sus efectos son todo lo contrario, realmente beneficios para la salud.
Eso sí, dependerá de la calidad de cada ingrediente. A fin de cuentas, no todos los aceites de oliva son iguales y lo mismo ocurre con las verduras que contiene. Asimismo, aquellos gazpachos que sean caseros o no tengan ningún tipo de conservante adicional también resultan más recomendables.
Apuntado lo anterior, hay que señalar que las principales ventajas que encontramos en tomar gazpacho de manera habitual, son las siguientes:
Aparte de estos beneficios, hay otros estudios que hablan de lo bueno que puede ser para combatir las enfermedades del corazón e incluso para la vista.
Tomar gazpacho todos los días no es ni mucho menos perjudicial para el organismo. Sin embargo, hay que poner atención en la dieta que se sigue, ya que ha de ser variada y aportar otros nutrientes diferentes a los de esta sopa fría. Es decir, el único problema de comer gazpacho a diario es que no se acompañe de otras comidas diferentes que aporten aquello que el cuerpo necesita.
Obviamente, tampoco es recomendable para quienes tienen algún tipo de alergia o que son especialmente sensibles a alguno de los ingredientes. En ese caso, tampoco deberán tomarlo a menudo.