La Policía de Tailandia pide la pena de muerte para Daniel Sancho, el hijo de 29 años del actor Rodolfo Sancho, quien confesó haber asesinado y descuartizado al cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta en la isla de Ko Pha Ngan a principios de agosto. Los investigadores han determinado que la víctima no perdió la vida de manera accidental, fue un acto premeditado y el sospechoso actuó solo. Organizó un plan para asesinarlo.
El español compró objetos para llevar a cabo el crimen en dos ocasiones (en una compró un cuchillo y en otra una sierra). En la primera confesión, el cocinero aseguró que Edwin Arrieta se golpeó en el baño. Sin embargo, los agentes afirman que le apuñaló en el pecho, pero tienen que probar si el cirujano de 44 años "murió del golpe o durante el descuartizamiento". Sancho dio negativo a la prueba de drogas y alcohol. Le han hecho un examen psicológico que no aclara si sabía lo que hacía o si estaba bajo presión por posibles amenazas.
"Daniel ha confesado que lo mató porque Edwin no permitía romper la relación", ha detallado una oficial. No se ha detallado si hay amenazas en el móvil del acusado, solo intercambio de mensajes de una aparente relación sentimental. Las autoridades han dado carpetazo en 10 días a uno de los casos más atroces que han analizado, cuando contaban con 84 para recabar pruebas. El caso está ahora en manos de la Fiscalía del país asiático, aunque todavía quedan incógnitas por resolver que podrían reducir la condena.
"Se siguen buscando algunos restos, por supuesto. Pero, insisto, la Policía tailandesa nos ha dicho que la investigación está cerrada. Nosotros queremos que esa condena no sea a pena de muerte, que se pueda evadir por un escalafón más bajo", ha comentado en este medio Ramón Chippirras, portavoz de la familia de Daniel Sancho. Pero ¿cuáles serían esas incógnitas por resolver? Las siguientes:
Todo ello podría ser clave para sostener la versión que Daniel Sancho confesó cuando fue detenido: ser un rehén de la víctima.
El cocinero español sigue ingresado en el módulo de Enfermería del centro penitenciario en el que se encuentra. En las cárceles del país asiático, los presos solo tienen acceso a un canal de televisión y es en tailandés. Pero ahí se habla mucho del caso de Daniel Sancho.
Por eso, a estas alturas, el cocinero español sabe de sobra, gracias a la traducción de algún preso local, que la Policía quiere y considera que debe ser condenado a pena de muerte. Su estado de ánimo empeora día a día, así que, a pesar de que su aislamiento por protocolo covid finaliza este miércoles, lo más probable es que lo dejen aislado en un módulo de Enfermería para tratar de evitar intentos autolíticos.