Un grupo de orcas atacan al velero Corsario que se dirigía a Palma para disputar la Copa del Rey

La embarcación Corsario de Jorge Durán, del Club de Yates de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), ha sufrido un ataque por un grupo de orcas en su traslado a Palma de Mallorca. Un suceso que cada vez es más común en el Estrecho de Gibraltar. Según informan los organizadores, el traslado se estaba realizando- con duras condiciones del Levante- para disputar la Copa del Rey Mapfre de Vela, del 29 de julio al 5 de agosto.

"La tripulación está a salvo y sin daños personales (más allá del enorme susto)", ha señalado la organización de la Copa del Rey. De momento confían en poder reparar los daños provocados por el ataque par continuar su travesía hacia el Real Club Náutico de Palma de Mallorca. La embarcación participará en la clase Majorica ORC1 con un First 50 DK. "Nos atacaron cuatro orcas. Tres se quedaron mirando y una era la que se tiraba al barco. La sensación que nos dio es que habíamos topado con una piedra porque elevaron el velero. Como no se aporten soluciones va a llegar un momento donde vamos a tener que dejar de navegar", ha asegurado Jorge Durán a la Gaceta Náutica.

Avistamientos y ataques a embarcaciones

Además de los ataques a embarcaciones, un grupo de orcas ha sorprendido a los bañistas de la playa de La Antilla (Huelva) tras acercarse a la orilla. Un grupo de niños observaron cómo una sombra de grandes dimensiones se acercaba a ellos y se percataron de que se trataba de este animal. Muchos aprovecharon el momento para grabar imágenes y subirlo a las redes sociales.

Según National Geographic, este tipo de animal- que está en riesgo de extinción- tiene una alimentación basada en el atún rojo del Atlántico. Investigadores de The Conversation manejan dos teorías que podrían explicar estos acercamientos y ataques a las embarcaciones. La primera es que se trata de un altruimos de autodefensa que las lleva a atacar aquello que representa una amenaza. La segunda es que son animales que se inventan modas conductuales y que lo hacen sin ninguna razón aparente. Un aprendizaje muy común entre ellos como, por ejemplo, cuando adquirieron el comportamiento de llevar un salmón muerto en la cabeza.