Los ataques que protagonizan manadas de orcas a cualquier tipo de embarcación que navega por el estrecho de Gibraltar son cada vez más frecuentes. Unas embestidas que conllevan momentos de tensión y de peligro para los tripulantes. El último se vivió este fin de semana en aguas de la localidad gaditana de Barbate.
Pablo y Alfredo son los dos últimos marineros sorprendidos por estos cetáceos a 8 kilómetros de la costa. Los animales, cuentan, anduvieron un tiempo merodeando en el entorno de la embarcación, golpeando el casco, hasta que rompieron el timón y finalmente se fueron.
Aunque hay un protocolo a seguir para evitar estos incidentes, parece no ser suficiente. Ellos, por ejemplo, llevaban una carga de arena que les habían dicho que molestaba a las manadas de orcas. Y aunque la vertieron al mar, no sirvió para ahuyentarlas.
Hay pescadores, como Juan Pedro, a los que este tipo de incidentes les ha llevado a dejar de faenar. La presencia de orcas en el litoral andaluz, donde acuden a principios de año coincidiendo con la temporada de la almadraba, se está convirtiendo en una realidad cada vez más incómoda en la zona en los últimos cuatro años.