Con la llegada de las vacaciones es importante tener en cuenta varios factores, sobre todo si la intención es coger el coche. Además de hacerle una revisión al automóvil, es necesario utilizar unas gafas de sol adecuadas para evitar los deslumbramientos y los accidentes. El último recuento de víctimas indica que 1.145 personas fallecieron en la carretera y que más de la mitad fueron por distracciones al volante.
Pese a que pueda parecer un complemento de moda, resultan imprescindibles para tener una buena visión sobre el asfalto. El Reglamento General de Conductores establece que, al ponerse al volante, se debe hacer con una agudeza visual binocular mínima de 0,50 en los dos ojos, con o sin corrección óptica. Esto supone la acreditación de una mínima visión del 50%, ya sea de forma natural, con gafas o lentillas, ya que el 90% de la información del conductor procede su vista.
Existen tres tipos de gafas que se comercializan tanto en ópticas como en establecimientos dedicados a su venta: las tintadas o con recubrimientos, las polarizadas y las fotocromáticas. Las dos primeras pueden utilizarse para conducir pero las últimas no. Estas son las razones:
Si se trata de una conducción diurna se puede utilizar unas gafas con un filtro entre 1 y 3, así lo asegura la DGT. Hecho que también corrobora Amalia Lorente, profesora de la Facultad de Óptica de la Universidad Complutense de Madrid, en la revista Tráfico y Seguridad Vial. Ahí, la experta confirma que el filtro solar depende de la luminancia a la que se esté expuesto. “No es lo mismo una calle de Nueva York, con edificios altos, que otra en Torrelodones, con chalés y casas bajas”, explica.
Lorente subraya que las únicas que “nunca pueden utilizarse” son las que tienen un filtro de categoría 4 (utilizada para los deportes de invierno) para conducir. Existe un gran riesgo por utilizarlas en situaciones como en la de entrar en un túnel. “La visión queda gravemente comprometida, ya que reducen tanto el paso de la luz (categoría 4) que es como conducir a ciegas, y el largo tiempo de adaptación de las fotocromáticas (3-5 minutos) reducen peligrosamente la visión”, recalca.
El artículo 18.1 del Reglamento General de Conductores recoge que el conductor “está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía”.
Entre las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico se encuentra la protección de la vista sobre los deslumbramientos causados por los rayos solares y así “mantener el campo necesario de visión”. Pero aconseja que, aquellos que necesiten gafas, utilicen unas graduadas para ponerse al volante.
La profesora señala que los mejores son los marrones, verdes o grises porque son tres tonos que no alteran la percepción del color. Los primeros aumentan el contraste y los segundos porque reducen los reflejos y la fatiga ocular. En usos prolongados, también se puede utilizar un filtro de color rosa.