Con el fentanilo matando a miles de jóvenes en Estados Unidos, el repunte del consumo de estupefacientes en Europa y la multiplicación de las adiciones digitales en todo el mundo, ha llegado el momento de Julio Alberto. Adicciones “con sustancia y sin sustancia”, como él mismo las describe con un regusto amargo. Porque el histórico lateral izquierdo del Atlético de Madrid y del Fútbol Club Barcelona sufrió en sus propias carnes los estragos de la droga y estuvo a punto de morir.
La vida le había sonreído durante los años ochenta, cuando se consolidó como uno de los mejores jugadores de Europa en su posición. Había comenzado en el Atlético de Madrid, donde debutó en Primera División por decisión de Luis Aragonés en el ya lejano 1977. En 1982 fichó por el Fútbol Club Barcelona para formar parte de aquel dream team culé, con Maradona, Schuster y Quini, entre otros. Miguel Muñoz se lo llevó a la selección española, con la que disputó la Eurocopa de 1984. Con sus equipos, lo ganó todo, salvo la Copa de Europa, que se les escurrió entre las manos a los azulgrana en aquella maldita final de 1986, jugada en Sevilla, contra el Steaua de Bucarest.
Saber gestionar el éxito y el fracaso es una de las metas de Relife. Pero, por supuesto, el objetivo es ayudar a recuperar vidas, porque todos merecemos una segunda oportunidad. Aunque suene a tópico, esa es precisamente la experiencia y el destino de Julio Alberto. La cocaína y los demonios asociados a su consumo arruinaron su vida después de retirarse del fútbol en 1991. Lo perdió todo: la familia, sus hijas, sus amigos, su patrimonio. Pensó en quitarse la vida. Ingresó en Proyecto Hombre, de donde salió limpio en 2002 con una autopromesa: cada hora del día la dedicaría en lo sucesivo a ayudar a los demás. Desde entonces, no ha parado.
Si Luis, “El Sabio de Hortaleza”, le dio la alternativa deportiva al subirle al primer equipo del Atleti, Joan Laporta le abrió, bajo su presidencia, las puertas de la Fundación Fútbol Club Barcelona, de la que forma parte desde hace veinte años. Ahora, los dos clubes de su vida han prestado su apoyo total a Julio Alberto para dar forma a Relife, un proyecto que cuenta con profesionales, voluntarios y benefactores, los llamados “life angels”, que con su trabajo y sus donaciones intentarán evitar la caída a los infiernos de quienes están atrapados y quieren recibir ayuda. Julio Alberto, que estuvo allí, habla ahora desde su paraíso asturiano con Miguel Ángel Oliver en el videopodcast A ver si me he enterado, de Nius. “Nunca pensé volver a ser feliz”, confiesa. Y, sin embargo, lo es.