Ismael M., un joven juzgado estos días en Álava por el asesinato de un amigo, ha admitido que lo hizo porque "me dijo que acabara con su vida y le apuñalé". El acusado solo ha respondido a las preguntas de su abogado y ha asegurado que está arrepentido: “Jamás me lo voy a perdonar". Piden para él prisión permanente revisable.
Ismael M. mató a su amigo Ander, de 20 años y con una discapacidad, en el verano de 2020 en una fábrica abandonada. El procesado, que en el momento de los hechos tenía 18 años, se enfrenta a un delito de asesinato con alevosía, más otro de lesiones.
Durante el juicio, en el que solo ha respondido a su abogado, ha señalado que estaba tan drogado que no sabía lo que hacía. Ha relatado que empujó a su amigo desde un primer piso sin intención de que cayera al vacío resultando herido. En ese momento, la víctima, “me pidió que lo matara y lo apuñalé”.
El acusado, que se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable ha afirmado que está "muy arrepentido, jamás me lo voy a perdonar".
Según el escrito inicial del fiscal Manuel Pedreira, el acusado empujó a la víctima desde el primer piso y luego lo apuñaló y lo golpeó en la cabeza con una piedra.
La acusación particular ha destacado que el acusado intentó ocultar pruebas porque se quitó sus zapatillas manchadas de sangre y se puso las de la víctima, se deshizo de la navaja y del móvil y abandonó el cadáver. La familia de Ander reclama además tres indemnizaciones que suman 282.000 euros.
La defensa ha alegado al diagnóstico de trastorno grave por uso de sustancias y trastorno de personalidad en estudio, con consumo activo de sustancias psicoactivas, de su cliente. “Lo cierto es que en el estado de intoxicación de drogas y alcohol, cualquier cosa pudo pasar. En esa fábrica solo estaban Ander e Ismael", ha dicho. El abogado ha alegado las eximentes completas por trastorno mental transitorio y por intoxicación plena por consumo de drogas y alcohol.
La Audiencia Provincial de Álava sigue celebrando el juicio con las declaraciones de los testigos.