La criopreservación de esperma mediante congelación lenta es una práctica común y se considera adecuada en términos de resultados reproductivos. Así se demuestra en el caso de la gestación subrogada de Ana Sandra por parte de Ana Obregón utilizando semen congelado-descongelado de su hijo Aless Lequio fallecido en 2020.
La criopreservación de esperma es una técnica de reproducción asistida que permite conservar muestras de semen a temperaturas muy bajas para su uso posterior en tratamientos de fertilidad. Dentro de esta realidad, el caso de Ana Obregón recuerda que también es posible para la criopreservación de esperma de personas fallecidas para una reproducción póstuma.
Esta técnica se realiza en casos en los que un hombre fallece, pero desea tener la opción de dejar descendencia en el futuro. Es importante destacar que este proceso solo se realiza con el consentimiento previo del fallecido o de sus familiares directos.
El proceso de criopreservación de esperma de personas fallecidas es similar al de cualquier otra persona y puede realizarse aún en vida del donante o tras su muerte. En cualquiera de los dos casos se obtiene una muestra de semen y se somete a una serie de pruebas para descartar posibles enfermedades infecciosas. En el caso de un varón fallecido el proceso ha de ajustarse a la obligación de que la extracción tenga lugar en un plazo de 24 a 48 horas después de su muerte
Una vez completadas las pruebas y obtenido el semen, se procesa para eliminar cualquier material no espermático que pueda dañar las células durante el proceso de congelación. Posteriormente, se congela y se almacena en nitrógeno líquido a una temperatura de -196°C.
Es importante destacar que la criopreservación de esperma de personas fallecidas no garantiza el éxito del tratamiento de fertilidad en el futuro. La calidad del semen puede verse afectada por el estado de salud del fallecido, la causa de su muerte y el tiempo transcurrido desde su fallecimiento hasta la extracción del semen.
Además, la viabilidad de los espermatozoides puede disminuir con el tiempo pasado en el almacenamiento. Por esta razón, es importante que las muestras se mantengan en constante revisión y se reemplacen por nuevas muestras si se detecta una disminución significativa en la calidad del semen.
Los expertos ya han demostrado en estudios científicos y prácticas de laboratorio que la congelación del esperma daña el ADN, fragmentándolo y empeorando así la calidad de los embriones fecundados. De este modo, los óvulos que son fecundados 'in vitro' de manera natural, no son tan válidos como los que se consiguen 'in vitro' pero a través de una microinyección, en la que se selecciona al mejor espermatozoide y se inyecta directamente en el óvulo para ser fecundado.
Los expertos insisten en que el esperma congelado de una persona fallecida solo puede ser utilizado con el consentimiento previo del fallecido o de sus familiares directos. En el caso de que no haya un consentimiento previo o que haya una disputa entre los familiares, la decisión final puede ser tomada por un juez.
Por lo tanto, es fundamental que la persona fallecida haya dejado por escrito su voluntad de utilizar su esperma congelado en el futuro. En caso de que no haya dejado una voluntad explícita, los familiares directos deberán tomar la decisión de utilizar o no el esperma congelado.