La modelo canaria Joana Sanz, de 29 años, expareja de Dani Alves, ha comunicado este domingo desde su cuenta de Instagram su decisión de dejar de utilizar las redes sociales. A modo de comunicado, la tinerfeña ha informado a todos sus seguidores que desaparece en este sentido para evitar seguir en el foco mediático tras el presunto caso de violación de su exmarido, quien espera ser juzgado este mismo año.
Joana asegura que no puede seguir con la presión mediática. Ha tratado de mostrarse lo más sincera posible, afirma que todo le está pasando factura ne su vida personal, por lo que quiere centrarse en sus proyectos desde un segundo plano.
Esta ha sido la publicación de Joana Sanz:
"Dado el acoso mediático al que estoy sometida, he decidido dejar de utilizar mis redes sociales. No sé si con esto será suficiente para que los medios de comunicación dejen de esperarme en aeropuertos, fuera de mi casa u hoteles, a la salida de restaurantes, en medio de mi trabajo o abordar a mis seres queridos. Ojalá que todo esto cese porque está afectando a mi salud mental y a mi vida social", ha comenzado diciendo Joana Sanz.
"No soy una persona que viva de exponerse públicamente porque me causa ansiedad y pues no es para mi, gracias a dios mi trabajo lo puedo realizar lejos de los focos mediáticos. Doy gracias a todas las personas que me han apoyado con mensajes preciosos de ánimo y que incluso me han abrazado por la calle sin conocerme. No sé si volveré por aquí, es tiempo de desconexión", ha sentenciado la modelo, que anunció a mediados de marzo su ruptura definitiva con el futbolista brasileño de 39 años, con quien contrajo matrimonio en 2017. Estos días ha lucido una rosa negra, lo que algunos traducen en un símbolo signifiativo de su separación.