El futbolista brasileño Dani Alves, de 39 años, acusado de agredir sexualmente a una joven en una discoteca la noche del 30 al 31 de diciembre, continúa en la cárcel de Brians II a la espera de juicio después de que los magistrados de la sección tercera de la Audiencia de Barcelona desestimaran hace unos días el recurso de apelación que presentó su defensa para quedar libre.
El exjugador de FC Barcelona, Sevilla FC, Juventus o PSG, entre otros, ya sabe que su juicio se celebrará este mismo año. Así lo recogen varios medios nacionales, como 'El Mundo'. La propia Audiencia de Barcelona asegura que la investigación de la presunta violación en la discoteca Sutton de Barcelona está a punto de terminar. Algunas fuentes destacan que "la instrucción está prácticamente finalizada, cuando ha transcurrido un mes desde su detención".
Desde que se produjo el arresto del deportista se han practicado "numerosas declaraciones", tanto del propio futbolista, como de la víctima, el amigo que acompañaba al brasileño, las amigas de la joven y el personal del establecimiento. El tribunal de la Ciudad Condal ha subrayado además que "se han practicado incluso los análisis de ADN, que normalmente dilatan los procedimientos por delitos de violencia sexual", y se ha confirmado que las huellas y los restos seminales hallados en el cuerpo de la joven, así como en su vestido y el lavabo donde se produjeron los hechos, coinciden con el ADN de Dani Alves.
Ante este escenario, es previsible que la instrucción se complete en un corto período de tiempo, así como el sumario. La prisión provisional del deportista puede mantenerse durante un "lapso temporal razonable, sin alcanzar los máximos legalmente previstos". En cuanto a la pena de cárcel a la que se enfrenta, la Fiscalía ha indicado que se le acusa de "un delito de agresión sexual con penetración -artículo 179 del Código Penal- que tiene prevista una pena de entre cuatro y 12 años de prisión". No obstante, se tendrá en cuenta el presunto abuso de autoridad de haber forzado a la víctima, por lo que se enfrentaría a entre ocho y 10 años de cárcel.
La defensa del futbolista, liderada por el abogado Cristóbal Martell, no descarta pedir alguna prueba pericial para remarcar, según su criterio, que las relaciones fueron consentidas. Insisten en que las cámaras del reservado de la discoteca muestran cómo el futbolista se marchaba hacia el lavabo y, minutos después, lo hacía la víctima, destacando también que el ambiente era distendido. El letrado piensa en una nueva declaración de su cliente, lo que aportaría una cuarta versión tras las tres últimas. De señalar que no conocía a la joven pasó a decir que mantuvieron relaciones consentidas.