El Hospital Gregorio Marañón, en Madrid, ha sido nuevamente escenario de una historia conmovedora y un auténtico hito médico después de que unos padres, en un acto de completa solidaridad, decidiesen donar los órganos de su bebé, que sufrió un fallecimiento fetal, para poder ayudar a otras personas y dar sentido a su muerte; algo que finalmente acabó por dar la vida a otro recién nacido.
Con ello, y gracias también a los cirujanos de la sanidad pública madrileña, los médicos del Hospital Gregorio Marañón lograron trasplantar con éxito tejido de las válvulas cardiacas a un pequeño que estaba condenado por una cardiopatía. El caso, ante el que los sanitarios no pueden evitar conmoverse al retrotraerlo a su memoria, es además único en España.
Todo comenzó en la semana 24 de embarazo, cuando el ecógrafo y las posteriores pruebas confirmaban el peor diagnóstico para estos padres: “Se detecta una malformación genética que es difícilmente compatible con la vida”, explica Dorotea Blanco, neonatóloga del Hospital Gregorio Marañón ante las cámaras de Informativos Telecinco.
Su hijo, les comunican, morirá, pero ellos toman una decisión que conmueve y que hoy la sanitaria recuerda al borde de las lágrimas: “Emociona mucho ver cómo un padre al que le acabas de informar de que su hijo va a fallecer esté o venga con la idea de dar sentido a otras vidas”.
Ese sentido lo encontraron en la donación de órganos, y un amplio equipo de especialistas del Hospital Gregorio Marañón les arropó entonces durante los próximos tres meses que aún quedaban de embarazo.
“Hablamos mucho, apoyándoles en su decisión, –porque al final fue una iniciativa de los padres–, y estando a su lado”, cuenta Carmen Viñuela, médico obstetra del hospital madrileño.
Finalmente, el embarazó llegó a término y el aciago diagnóstico se cumplió: “En el trabajo de parto vemos que el feto fallece”, explica la neonatóloga.
Fue entonces cuando los especialistas entraron en acción para extraer las válvulas cardiacas de la pequeña, pero antes los padres tuvieron todo el tiempo que necesitaron para despedirse: “Estuvo con su hijo, con su bebé, todo el tiempo que necesitó, en los brazos, oliéndolo, sintiéndolo, arropándolo”, cuenta Viñuela.
Finalmente, en la que es la primera vez que se logra obtener tejido perinatal para el trasplante en un bebé en España, la operación se completó con éxito; un hito que ha permitido que otro recién nacido “logre sobrevivir y salga adelante”, como expone el coordinador de trasplantes del Hospital Gregorio Marañón, Braulio de la Calle.