España es uno de los países pioneros en el trasplante de órganos, rozando los datos anteriores a la pandemia. Este pequeño gesto puede cambiar la vida de muchas personas, por lo que es importante donar, como es el ejemplo de Sara, una niña andaluza de tan solo cinco años que tras recibir un trasplante de hígado en Año Nuevo, su vida cambiará drásticamente a mejor.
La pequeña cordobesa, nació con una enfermedad que le provocó cirrosis hepática, una patología que afecta a uno de cada cuatro adultos. Su única salvación, un trasplante de hígado, el órgano que se estaba debilitando por la cirrosis. Este llegó cuando menos se lo esperaban, en medio de las preparaciones de Fin de Año. Una llamada que tanto esperaban con ilusión, pero también con miedo, como confirma la madre de la pequeña: "fue algo muy duro, no nos lo esperábamos, pero era lo que necesitaba Sara". Convirtiéndose en el primer trasplante realizado en este 2023.
La pequeña, fue diagnosticada con la enfermedad con tan solo nueve meses. Ahora, cuatro años y tres meses después ha recibido el hígado que sus padres han estado implorando durante tanto tiempo. En la madrugada del pasado 1 de enero se llevaba a cabo la intervención, y como dice el dicho, "Año Nuevo, vida nueva".
Ahora tras el éxito de la operación, cuyo hígado, perteneciente a un donante adulto, tuvo que ser reducido, la pequeña podrá hacer una vida normal. Eso sí, con tratamientos y revisiones periódicas para comprobar que todo sigue su curso. "Su vida va a ser igual que la de otras niñas, va a poder crecer, hacer deporte, tener sus hijos", como asegura el padre. Sin olvidar las advertencias que ha relatado su médico: "solo va a tener que tomar algunas pastillas o ir al doctor de vez en cuando, por lo demás va a hacer una vida normal".
En nuestro país, el perfil de los donantes de órganos ronda entorno a los 60 años. La mayoría de ellos (55,5 %) fallecieron debido a un accidente cerebrovascular, y apenas un 4,3 % por un accidente de tráfico. Tras el fallecimiento, acaso de que lo haya expresado formalmente, es la familia quien decide qué hacer con los órganos. Ocho de cada diez familias dijeron "sí" a dar los órganos de un ser querido fallecido. Las negativas se situaron así en el 16 %, lo cual "es una demostración de que la generosidad, el trabajo en equipo y la excelente profesionalidad son el éxito del sistema de trasplantes", ha enfatizado la ministra de Sanidad, Carolina Darias.