Abdile, la mujer embarazada muerta en Castellón, trató de que su marido no matara a otra persona y acabó muriendo ella. Es lo que se desprende de la investigación policial. El marido y padre del bebé –que está bien- está detenido, junto a cuatro personas más.
El matrimonio forcejeó mientras ella intentaba arrebatarle el arma a él para evitar que la usara contra una tercera persona, un miembro de su familia con quien tenía desavenencias por, todo apunta, asuntos de drogas.
La Policía cree que se trata de un homicidio involuntario, es decir, que ella no era el objetivo del marido.
El marido disparó dos veces. Un tiro fue al aire. El otro terminó en la cabeza de la joven de 27 años, que estaba embarazada, causando “heridas incompatibles con la vida”, al no tener orificio de salida.
Las otras personas detenidas, hasta cuatro, están acusadas de delitos de encubrimiento o cooperación. Los acusados de encubrimiento son aquellos familiares del marido que la Policía encontró limpiando los restos de sangre con lejía.
Ayer, la familia de Abdile la enterró en Benifairó de la Valldigna y en el cementerio de Faura, en la provincia de Valencia.
La bebé de la víctima, al que los médicos salvaron en una cesárea de urgencias, sigue hospitalizado y se encuentra estable. De momento, las autoridades buscan quien se hará cargo de la niña. Los padres de Abdila han contado que tratarán de que la abuela obtenga la custodia.