Si estás aprovechando la inflación para cambiar tus hábitos de consumo y darle una vuelta a tu cesta de la compra, tal vez te interese saber que determinados utensilios de tu cocina deberían salir de ella para dar paso a otros más seguros. En concreto, cualquier elemento fabricado en madera que utilices para preparar alimentos encierra ciertos riesgos que debes conocer: toma nota de por qué los expertos desaconsejan usar utensilios de madera en la cocina y cuáles son las mejores alternativas.
A mucho nos encanta rodearnos de objetos fabricados con materiales naturales: hay algo de confortable en ellos y suelen resultar más cálidos y agradables al tacto, además de envejecer de forma más bonita y ofrecernos, en general, una vida útil más prolongada. Sin embargo, no es lo mismo apostar por materiales como la madera a la hora de elegir una mesa, una silla o un objeto decorativo que hacerlo en nuestra cocina.
La razón se encuentra en que la madera es un material poroso que tiende a absorber la humedad y a quedársela. Por tanto, tiene todas las papeletas de convertirse en un nido de bacterias. Por eso, si utilizas cucharas de madera, espátulas, tablas de cortar... o incluso platos y tablas para presentar alimentos, debes saber que existe un riesgo de contaminación asociado y que lo mejor es evitar este tipo de objetos en los fogones. Bacterias como la salmonela pueden multiplicarse en ellos, y es posible que se produzca una contaminación cruzada de un objeto a un alimento, o de unos alimentos a otros.
De hecho, es probable que en algún momento hayas notado cómo tus cucharas o espátulas de madera cambian de textura y se crea una especie de película transparente y sospechosamente suave que las recubre (precisamente en la zona de más uso) y que no se elimina con los lavados. Esta es la prueba irrefutable de que las bacterias han colonizado la zona, algo similar a lo que ocurre, después de cierto tiempo (y cierta falta de cuidado) con bayetas y estropajos. En el caso de las tablas de cortar, también es frecuente que aparezca moho.
Una vez que esto ocurra, lo mejor es tirar el utensilio a la basura: de poco sirve una limpieza profunda y, además, si utilizas productos como jabones o lejías, debes tener en cuenta que, del mismo modo que la madera absorbe la humedad y los líquidos que desprenden los alimentos, también se quedarán con parte de las sustancias químicas que contienen estos productos, que luego pasarán a tu plato si los utilizas para cocinar. Este es el motivo por el que tampoco se recomienda lavar objetos de madera en el lavavajillas, ya que en ellos se produce una exposición a una elevada humedad (y a químicos) durante largo tiempo.
A pesar de ello, la venta de utensilios de madera es más que frecuente en todo tipo de puntos de venta y, además, suele tratarse de objetos baratos y estéticamente apetecibles, por lo que suelen estar presentes en cualquier cocina. Sin embargo, cualquier alternativa no porosa será mejor: entre ellas, la silicona es, según los expertos, la más segura. Eso sí, asegúrate de utilizar cada utensilio según sus instrucciones, tanto en cuestión de limpieza como de uso (temperatura máxima, etc.).
En concreto, la silicona, cuando es de buena calidad, soporta muy elevadas temperaturas y suele mantenerse intacta durante largo tiempo. Además, en el aso de las espátulas o lenguas, su carácter flexible las convierte en objetos muy versátiles y prácticos en la cocina, por ejemplo, para elaborar repostería. También son fáciles de limpiar y, sobre todo, no son porosos. Es muy difícil que las bacterias decidan asentarse en este tipo de objeto.