Aunque a veces se nos olvide, cada decisión que tomamos con respecto a nuestro cuerpo influye, y mucho, en nuestro estado de salud presente y futuro. Por eso, si queremos disfrutar de una vida larga y plena, nada mejor que atender a nuestro bienestar a través de herramientas como una buena alimentación, la práctica de ejercicio y un buen descanso. Elegir los alimentos adecuados puede ayudarnos a prevenir enfermedades, y la lógica inversa también se aplica: si abusamos de productos procesados, aceites industriales... lo más probable es que ello nos perjudique de algún modo. En el caso concreto de la protección de nuestra memoria, ¿qué alimentos debemos evitar para protegerla a largo plazo?
Cada producto consumido cuenta, para bien o para mal, determinando el estado de nuestra salud. Por eso es importante saber de qué forma podemos proteger nuestro organismo frente a factores como el envejecimiento o el desarrollo de enfermedades. Sin duda uno de los males de nuestro tiempo es el Alzheimer y, en general, los procesos degenerativos que afectan a nuestra memoria. La esperanza de vida sigue aumentando y, con ella, el riesgo de que en algún momento de nuestra vida adulta desarrollemos problemas en este área.
Si quieres evitarlo, toma nota de estos alimentos que debes evitar consumir para proteger tu memoria:
Según explica la nutricionista de la Universidad de Harvard Uma Naidoo, lo primero que debes evitar es el consumo de aceites industriales o procesados de semillas como la soja o el maíz. El motivo se encuentra en su alto contenido en ácidos grasos omega-6. Nos los confundas con los omega-3, que sí resultan muy saludables. En el caso del omega-6, su consumo puede promover la inflamación del cerebro. Como alternativa, elige aceite de oliva o de aguacate.
Un exceso de glucosa puede provocar problemas de memoria y una disminución de la plasticidad del hipocampo, que es el área del cerebro que controla la memoria. Por tanto, consume azúcar con moderación y evita en la medida de lo posible los productos procesados que la contengan. Siempre será mucho mejor acudir a alimentos naturales, como la fruta.
Los alimentos procesados en general suelen contener todo tipo de compuestos perjudiciales y poco naturales que, con el tiempo, pueden provocar incluso daños genéticos en las células. Entre otras cosas, puede darse un acortamiento de los telómeros, que son los extremos de los cromosomas y que sirven para la estabilidad estructural de los cromosomas en las células eucariotas, así como para la división celular y el tiempo de vida de las estirpes celulares. La consecuencia de este daño concreto puede ser un mayor riesgo de sufrir procesos neurodegenerativos.
De poco sirve decir adiós a los azúcares refinados y consumir grandes cantidades de edulcorantes artificiales como alternativa: estas sustancias pueden provocar daños en nuestro cerebro y existe relación entre determinados edulcorantes y la aparición de ansiedad. También incrementan la oxidación y la presencia de radicales libres en nuestro organismo.
Consumir alimentos fritos no aporta nada bueno en general, y nuestro cerebro no se libra de los daños que trae de la mano este tipo de alimentación. Elige otras formas de cocinar porque existe evidencia que demuestra que la memoria y la cognición pueden verse afectadas por el consumo de frituras.