Al menos 244 agresores sexuales han visto ya reducida su condena y otros 19 han sido excarcelados desde la aplicación de la ley del 'solo sí es sí'. Justicia de momento renuncia a modificarla y sólo propone que las víctimas pidan la pulsera telemática para vigilar al agresor. Pero los expertos creen que la idea es de difícil aplicación. Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno para la violencia de género, asegura que son delincuentes con una alta reincidencia pero "no suele producirse sobre la misma víctima"
A eso se suma la dificultad de imponer una medida a alguien que ha cumplido su condena. El abogado penalista Luis Gerez se pregunta: "¿Qué dice la sentencia? Que una vez que cumpla queda en libertad y no se puede restringir su vida salvo que vuelva a delinquir. Prevenir delitos es muy complicado...¿Quién es usted para limitar mi libertad?"
El Gobierno quiere aplicar pulseras a violadores para compensar las rebajas penales, sin embargo, faltan pulseras donde sí son eficaces: contra los maltratadores. Aroa Jiménez, delegada del sindicato Unificado de Policía, asegura que "sí, deberíamos tener más pulseras para garantizar la seguridad de todas, porque es inviable estar todos los días en sus casas, haciendo las valoraciones de control...Con una pulsera sabemos en todo momento dónde está el agresor y dónde está ella".
Hay actualmente 3.015 pulseras activas para más de 43.000 mujeres vigiladas. Las mismas pulseras que hace una década. Así lo reprocha el exdelegado de violencia de género, que fue quien las adquirió hace más de una década: "han pasado 11 años y todavía seguimos con las mismas pulseras. Yo creo que se están utilizando poco".
Las mujeres maltratadas que las han llevado también nos cuentan su experiencia. Han sufrido porque ellos han aprendido cómo usarlas mal para aterrarlas. No las cargan o se acercan demasiado al perímetro de exclusión. Así la central COMETA que las supervisa tiene que llamarlas para recomendarles que se escondan o encierren en su casa hasta que él esté localizado.
María Chaparro sufrió decenas y decenas de llamadas como éstas de su expareja. Incluso cuando estaba en pleno trabajo, intubando a un herido grave de accidente de tráfico. "El daño psicológico, el terror, el pánico.. la Justicia nunca ha condenado a mi maltratador por esto".
Es la queja de muchas de estas víctimas de la violencia machista. Peor aún fue la experiencia de otra mujer que esconde su rostro y su voz para que él no la identifique. Ha tenido que cambiar de vida, de ciudad, y llevar ella un sistema de localización por si él aparece.
A pesar de que la amenazó con una escopeta de caza junto a su hijo y de que la violó nunca fue condenado. El sistema la tranquiliza un poco pero es consciente de que "hasta que te localicen te puede matar y rematar".
Natalia Morlas, presidenta de la Asociación "Somos Más" de Zaragoza, tiene claro que cuando estas medidas de protección de la mujer fallan "la solución es no sacar a los agresores de la cárcel sino hacer cumplir sus condenas, desde el primer al último minuto".