El repunte de casos de violencia de género en las últimas semanas está causando un aumento en la alarma social por los crímenes machistas. Las estadísticas oficiales muestran que en más de la mitad de los 49 casos de 2022 las mujeres no habían presentado denuncia contra sus maltratadores. Es el caso de Sara en Tudela o Mónica en Totana y Florina en Córdoba.
Pero del 43 % que sí denunciaron a sus agresores solo en 6 ocasiones se acordó la orden de protección y en otras 4 hubo sentencia condenatoria y prisión. La escasa protección penal la recoge la Fiscalía porque las mujeres solas a veces no consiguen avanzar.
En el caso de Raquel, víctima de violencia de género en Palencia, su expediente lo abrió la policía pero ella en el juzgado no ratificó. Lo mismo ocurrió con los malos tratos sufridos por Eva María, en Valladolid, Ivet en Barcelona o Lesly en Benalmádena, Málaga. Esta última denunció las agresiones sufridas en tres ocasiones hasta que se cansó y terminaron siendo archivados.
Hay seis maltratadores asesinos que ya habían maltratado a parejas anteriores, son reincidentes. Uno de ellos, el asesino de Elena, en Escalona. Como en este caso en el que convivía con su asesino a pesar de estar separados hay varios más. Ha ocurrido igual con Débora en Málaga, o Ana, en Gerona.
De ahí que sea tan importante la valoración de los forense en los juzgados para que se dicten órdenes de alejamiento. Incluso que se pongan pulseras telemáticas. Ningún agresor que ha asesinado en 2022 la llevaba. Media docena se salto el alejamiento.