Las cenas y fiestas familiares por Navidad, fuente de estrés: cómo sobrevivir a los conflictos

  • Las psicólogas María Domínguez y Teresa Ruiz, de Capital Psicólogos, dan algunos consejos para que el encuentro familiar durante las fiestas de Navidad no termine siendo un conflicto

  • Existen temas que provocan tensión en la mayoría de las familias, como las herencias, la política o la religión, que los expertos recomiendan evitar en las cenas y encuentros navideños

  • ¿Me pueden obligar a trabajar un festivo como Navidad o Año Nuevo?

La Navidad no es tan dulce como lo pinta la canción de Mariah Carey. Es frecuente que se convierta en una pesadilla eso de juntar a toda la familia para cenar y la fiesta se convierta en un campo de batalla donde salten las chispas. ¿Cómo conciliar con tantos cuñados y cuñadas, suegros y suegras, gente de todas las edades sin que termine como el Rosario de la Aurora? ¿Cómo sobrevivir a tu hermano de derecha si tú eres de izquierda? Los psicólogos dicen que sí se puede, compartir sin llegar a la guerra nuclear familiar... Y nos dicen cómo hacerlo para no terminar empastillado o al borde del divorcio.

Dos psicólogas, María Domínguez y Teresa Ruiz, admiten que estos encuentros familiares durante los festejos navideños pueden ser un cóctel molotov por la heterogeneidad de los participantes y por lo que el gracejo popular define como cada uno es de su madre y de su padre. Esta combinación de factores, más las altas expectativas que todos tenemos por estas fiestas pueden tener un resultado desastroso.

Los temas a evitar suelen ser aquellos en los que hay un componente de elevada implicación emocional, lo que nos hace 'entrar en calor' con rapidez y perder la calma o compostura.

"Las reuniones de personas de diferentes generaciones, con ideales, vivencias y esquemas muy diferentes entre sí, que no están acostumbradas a convivir. Además, es importante señalar la idealización de estas fechas. Muchos de los asistentes, sobre todo si son nuevos miembros en la familia, sienten mucha presión por agradar. Asimismo, la cultura popular nos obliga a disfrutar de nuestra familia y a pasarlo bien, de no ser así, la culpabilidad se hace con nosotros, actuando como multiplicador de este malestar, sintiéndonos desdichados e incluso poco valiosos", explica Domínguez. 

La especialista María Domínguez de Capital Psicólogos, recuerda que "un conflicto familiar es una situación de tensión causada por un desacuerdo entre los miembros de la unidad familiar, entre los que no existe una solución satisfactoria para todos." Y eso es precisamente lo que ocurre cuando, después de varias cervezas o gintonics empiezan a saltar los temas explosivos, esos que la especialista recomienda evitar "con más papeletas para desembocar en disputas".

"Los temas a evitar suelen ser aquellos en los que hay un componente de elevada implicación emocional, lo que nos hace 'entrar en calor' con rapidez y perder la calma o compostura. Una pista pueden ser los temas que han generado discusiones en el pasado, o en los que sabemos que hay mucha disparidad de opiniones. Y, aunque todo esto sea diferente en cada familia, no podemos olvidar los “clásicos”: la política, el fútbol, la religión, las herencias".

Y por el contrario, hay temas "más recomendables", para que sea más fácil mantener conversaciones con diferentes personas y en esto hay "en los que existan puntos en común entre los miembros de la familia, temas que nos unen, por diferentes motivos. Otra forma de entablar conversaciones que no lleven al conflicto puede ser demostrando curiosidad por los intereses personales de nuestros familiares, así como posibles novedades o cambios que puedan haber ocurrido en sus vidas.

Los datos revelan que durante las navidades aumentan las ventas de antidepresivos, aunque no sea el método que proponen las especialistas consultadas. Paula, que vive en Madrid con su pareja desde hace 11 años me confiesa que esta es "una temporada horrible" en la que opta por "empastillarse".

"No recuerdo una Navidad que no haya habido disgustos; mis cuñados y sus dos hijos que vienen a mi casa, porque es la más grande y traen una botella de vino. Con eso ya están. Llegan a mesa servida, mientras yo me he pasado tres días preparando la cena. Lo peor es que cuando terminan de cenar empiezan a criticar que si el pavo quedó duro o el relleno estaba seco. Si no me tomo la pastilla le salto a la yugular ".

La experta María Domínguez, de Capital Psicólogo no es muy partidaria de tomar ansiolíticos u otra medicación, porque esto "supone una estrategia de evitación" y no "un afrontamiento adaptativo ni saludable". Para ella, lo mejor sería acudir a una terapia en la que un especialista dé "las herramientas necesarias para poder abordar las reuniones sociales, aumentando la tolerancia al estrés, ajustando expectativas y modificando la concepción de la familia.

Teresa Ruiz, vinculada al mismo gabinete psicólogico advierte de que también "es esencial entender que no es obligatorio llevarnos bien con todo el mundo, pero que ser tolerantes con esas diferencias juega a nuestro favor. Para ello, tratar de comprender al otro, de dónde parte y por qué piensa de la manera en que lo hace pueden ayudarnos a sobrellevar estas fiestas. "

Es esencial entender que no es obligatorio llevarnos bien con todo el mundo, pero que ser tolerantes con esas diferencias juega a nuestro favor. Tratar de comprender al otro y por qué piensa de esa manera pueden ayudarnos a sobrellevar estas fiestas

Estrategias para evitar discusiones con tus cuñados, suegros y otros familiares durante las cenas navideñas

La psicóloga considera que se pueden seguir pautas para evitar discusiones a pesar de todo: de las diferencias, de los comentarios desafortunados de tu cuñado. Teresa Ruiz recomienda "en primer lugar es importante discernir entre discusiones productivas e improductivas."

Las primeras "son los debates constructivos, en los que el diálogo fluye y las personas son capaces de expresar su punto de vista y acoger el ajeno. Suelen invitar a la reflexión y resultar enriquecedoras."

Y por otro lado, están las discusiones perdidas, en las que hay "ataques, faltas de respeto o insultos hieran las sensibilidades de las personas sentadas en torno al banquete navideño." Esas, mejor ni perder el tiempo en tenerlas, porque solo llevan al aumento de la tensión y a una situación sin salida que le pueden amargar la noche a cualquiera.

También hay otra alternativa "para evitar las discusiones desagradables" como es "establecer límites a la hora de los temas a tratar. Ya sea desde un tono cómico (“tengamos la fiesta en paz”), o de manera más directa y asertiva (“preferiría evitar estos temas para pasar una buen comida/cena, ¿qué os parece?”), cada uno tenemos el poder de proponer un encuentro pacífico y divertido." 

Pero si a pesar del esfuerzo "esta primera estrategia fracasa, y comienza a darse el conflicto", la especialista, recomienda "la retirada" como "mejor opción. Saber cuándo poner fin a una discusión, o incluso salir de la habitación si es necesario, es clave para evitar escaladas de conflicto. Frases como “creo que es mejor cambiar de tema, no siento que estemos sacando nada en claro”, o “si me disculpais, voy a salir a tomar el aire” para no terminar "con el agua al cuello." 

Las parejas no escapan a los conflictos en esta noche de paz y de amor. A las dificultades del estrés se le juntan viejos problemas salen a relucir en las reuniones con las familias  desde el decidir dónde van a ir a cenar o ya con los hijos en casa por las vacaciones escolares  llegan las discrepancias en las  decisiones que toman al respecto.

La experiencia en sobrevivir a los conflictos navideños con los familiares es algo a tener en cuenta. La psicóloga Teresa Ruiz habla de ese currículo acumulado de · "numerosas cenas de Navidad a nuestras espaldas" al que "siempre podemos echar mano de experiencias pasadas y de los aprendizajes obtenidos". '¿Cómo hice las navidades pasadas para no discutir con mi cuñada?; ¿Qué he hecho en otros años para gestionar las emociones que siento ante algunos comentarios familiares?... Aunque a veces no nos demos cuenta, contamos con numerosos recursos que pueden sernos útiles en estos tiempos venideros", dice la especialista.

Ambas especialistas de Capital Psicólogo coinciden en mirar el fenómeno de los conflictos familiares en este periodo, donde todos nos juntamos con diferentes personas, incluso parientes a los que no ves durante todo el año puede ser también una "fuente de riqueza" .

En ese sentido apuntan que "es esencial entender que no es obligatorio llevarnos bien con todo el mundo, pero que ser tolerantes con esas diferencias juega a nuestro favor. Para ello, tratar de comprender al otro, de dónde parte y por qué piensa de la manera en que lo hace pueden ayudarnos a sobrellevar estas fiestas." 

Temas