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La jueza encargada del caso de Olivia García, la niña de seis años hallada muerta en Gijón el pasado domingo, ha decretado este miércoles una orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza para la principal sospechosa de su asesinato, Noemí, la madre de la pequeña. La mujer irá a la cárcel en lugar de a un centro psiquiátrico, como había solicitado la defensa.
Según la información facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Asturias, la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número de Gijón atribuye a la arrestada un delito de asesinato, sin perjuicio de que la citada calificación pudiera modificarse a lo largo de la instrucción que se ha iniciado en este día.
Lo decretado por el Juzgado coincide con la solicitud también de la Fiscalía, que había apreciado riesgo de fuga si era puesta en libertad provisional. La mujer, asimismo, será trasladada esta tarde al Centro Penitenciario de Asturias. Según fuentes cercanas a la investigación, pasó la noche en los calabozos "como si la cosa no fuera con ella", con una actitud fría y distante sin exteriorizar sentimientos de aflicción ni de culpa.
Noemí, de 48 años, estaba en tratamiento psiquiátrico antes de ser acusada de asesinato. Llevaba varios años tomando tranquilizantes, las mismas pastillas que habría suministrado a su hija Olivia en una bebida caliente durante la merienda, según ha reconocido. La policía la encontró el pasado domingo tumbada en la cama de su domicilio de Gijón junto a la pequeña, ya fallecida.
Ella y su expareja, Eugenio, del que se separó en 2016, llevaban cinco años luchando por la custodia de Olivia. La tenía Noemí y hace unos meses había decidido ir a la localidad asturiana a vivir con la pequeña, lejos de su padre, que seguía viviendo en Segovia. Sin embargo, el pasado viernes le concedieron a él la custodia y este pudo ser el desencadenante. El hermano de la acusada vio que no contestaba al móvil y alertó a las autoridades.
Torrecaballeros (Segovia), este martes, y Gijón (Asturias), este miércoles, han realizado un homenaje a la pequeña Olivia. Eugenio no puede entender que haya sido utilizada como arma contra él: "Lucharé por ser el último padre que tenga que enterrar a su hija de esta forma. Pobrecita, no supimos verlo. Se va a quedar siempre con nosotros. Adiós, chiquitina, te prometo que te vamos a hacer justicia. El odio no lleva a ningún lado".