A Olivia, la niña víctima de la violencia vicaria en Gijón, la llamaban la pirata. Su madre, Noemí decidió darle tranquilizantes para vengarse de su expareja, padre de la pequeña de 6 años y evitar que este recibiera la custodia, como había dictado el juez. Así confesó a los agentes su plan que la niña nunca viviera con su padre.
Eugenio, que ese día recibía la custodia de su hija tras una larga batalla judicial de cinco años, se lamenta del poco tiempo que pudo pasar con ella. Y en Gijón, recibió la noticia, hasta donde se desplazó para ir a buscarla y llevársela a Segovia.
"La única vinculación que tenía con Gijón era dificultar la relación paterno-filial todo lo que pudiera, hasta que se destruyese del todo", cuenta Eugenio, que asegura haber interpuesto hasta 20 denuncias.
El litigio de la pareja por Olivia comenzó tras el divorcio cuando la pequeña tenia un año. El día en que la niña fue encontrada sin vida junto a su madre, Eugenio acababa de lograr la custodia.
Noemí, la madre ya había recibido los avisos del juzgado por fugarse dos veces a Gijón con la niña impidiendo el contacto con su padre incluso telefónico.
En Torrecaballeros todos se preguntan qué ha fallado y si se podía haber evitado la muerte de Olivia. Noemí, la madre sigue en calabozos tras explicar a los agentes que le dio a su hija tranquilizantes mezclados con la merienda
Los compró en esta farmacia cercana a su casa en Gijón, porque como confesó, todo formaba parte de su plan de evitar que Olivia viviera con su padre.