La Ertzaintza y la colaboración ciudadana han puesto fin a once horas de pesadilla para unos padres a los que robaron su bebé recién nacido del hospital de Basurto, en Bilbao. Fue aquí donde una joven de 24 años que había hecho creer a su entorno que estaba embarazada se lo llevó de la habitación en una bolsa de plástico.
Como atestiguan las imágenes de los alrededores, donde se la puede ver paseando con el recién nacido, –el pequeño Aimar–, en brazos, la joven se lo llevó tras decirle a sus padres que le iba a hacer unas pruebas. Iba disfrazada de sanitaria, y su plan funcionó.
Con sus progenitores aterrorizados tras conocer que habían secuestrado a su niño, comenzó entonces una búsqueda frenética que hoy, por fortuna, ha acabado con final feliz, con el bebé a salvo y la secuestradora arrestada.
Concretamente, lo han encontrado en el rellano de una casa de Santutxu, barrio de Bilbao, donde la secuestradora lo abandonó tras pasar la noche en casa de una amiga. Allí, en una octava planta, lo había dejado justo en el felpudo antes de llamar al timbre para que lo encontrase una vecina, que sorprendida al abrir la puerta, contactó inmediatamente con las autoridades.
La pregunta ahora que se hacen los investigadores y muchos expertos es la misma: ¿Por qué lo hizo? ¿Cómo pudo llegar a actuar con esa frialdad, ‘disfrazándose de sanitaria’, colándose en el hospital, inventándose una excusa para llegar a su objetivo, que no era otro que secuestrar un recién nacido?
Por el momento, el caso está bajo análisis, pero especialistas como María Velasco, doctora en Psiquiatría, nos dan una pista en declaraciones a Informativos Telecinco.
“Son mujeres que tienen un tema con la maternidad y con querer ser madres, –cuando estamos hablando de robar a un hijo que quieres que sea tu hijo–. No estamos hablando de una trama para robar bebés, para venderlos, o para otra finalidad”, explica, indicando que habitualmente estos casos se producen “en mujeres porque quieren ser madres”.
“Hay algo en su pensamiento, a veces patológico, –muchas veces una enfermedad mental–, que les lleva a intentar cumplir un deseo o actuar un delirio que tienen”, detalla.
“No es un trauma. Estas mujeres, normalmente, tienen una depresión postparto, porque han perdido a lo mejor un bebé, –se ha muerto, o durante el embarazo ha habido un aborto–, o tienen un delirio donde ellas creen firmemente, –porque no es un tema de imaginar–, que están embarazadas, aunque no lo están. Y luego creen que dan a luz, tienen los síntomas de dar a luz y roban un bebé para completar esa posibilidad de ese delirio. Pero no es un síndrome en sí; es un contenido, unos pensamientos que se pueden dar dentro de varias circunstancias. O de un cuadro depresivo grave, o de una esquizofrenia o de un trastorno delirante”, indica.
En este punto, preguntando cómo entonces pueden llegar a este grado de premeditación, María Velasco señala: “Las enfermedades mentales hay veces que ocupan parte de la mente de la persona y hay veces que la ocupan completamente, dependiendo de la gravedad y de si ha sido una enfermedad aguda. Entonces, si es un cuadro delirante, la persona puede mantener el resto de las funciones conservadas, pero tiene un delirio: realmente está enloquecida y cree que es verdad algo que no es”.
Otra cosa, matiza, es por ejemplo “un cuadro psicótico agudo, donde tienes alucinaciones auditivas, incluso visuales; tienes un comportamiento muy descoordinado… Ahí sería mucho más difícil hacer algo premeditado”, explica.
“En una depresión postparto también tienes cuadros, sintomatología depresiva que también te alteraría más la conducta, pero en cualquier caso, la enfermedad mental solamente cuando es un episodio muy agudo y muy grave invade completamente la conducta de la persona. Normalmente hay una parte que se conserva, o sea que el que tengan cierta planificación no implica que no haya un cuadro mental o una enfermedad mental de base”.
En casos de hombre, aclara María Velasco, tendrán “otra motivación” y “podrá haber o no enfermedad mental”. “Cada caso requiere un análisis. La enfermedad mental es verdad que asienta en la mente de una persona y de las circunstancias que tiene esa persona, de las necesidades que tiene, de los sueños que no ha podido cumplir, de los traumas que haya podido tener… Con eso vas a delirar y tener una enfermedad mental, pero hay veces que no es una enfermedad mental lo que hay, sino otro tipo de intereses… Habrá que analizarlos”, subraya.
En la línea de esto último, Sergio González, médico psiquiatra, enfatiza que “todas las conductas que resultan tan anómalas no deben asociarse por defecto a u trastorno mental”.
“Es cierto que es muy raro que después de robarlo lo haya depositado en otro lugar”, apunta, al tiempo en que señala que “normalmente los secuestros tienen motivación económica, pero en este caso no está clara la motivación”.
“Hay patologías que sí pueden estar relacionadas, por ejemplo los embarazos psicógenos, que son mujeres que creen que estar embarazadas y tener delirios, y que ella hubiera ido a recuperar a ‘su bebé’ al hospital, pero son suposiciones”, considera.
Respecto a este caso concreto registrado en el hospital de Basurto, explica que lo que le llama la atención es “que haya sido capaz de organizar y preparar el suceso sin despertar sospechas en la madre”. “En las enfermedades mentales graves, las conductas son más desorganizadas y llaman la atención. Es un caso curioso y particular”, sentencia.