Alba, la joven acusada de manipular a su amigo Ismael hasta lograr que matara a su propio padre, es considerada por su propio entorno como una chica poco madura y propensa a fantasear, hasta el punto de fingir dos embarazos, según han declarado varios testigos en el juicio que se sigue contra ella en la Audiencia de Barcelona. Esta imagen ha sido reafirmada hoy en su declaración por su exnovio Arnau que ha relatado que Alba le explicaba "cosas que le hacían dudar de lo que era verdad y lo que no". Una de ellas fue cuando Alba le dijo que estaba embarazada. Fue cuando dejaron la relación, meses después, y desde el primer momento, Arnau intuyó que el embarazo no era verdad "porque no supo nada más de él".
Arnau ha reconocido que Alba tenía acceso a sus cuentas bancarias, aunque nunca le robó dinero. Sí se quedó con 800€ de una devolución que hicieron a Arnau, porque le decía que "él no sabía guardarlo". El joven ha declarado en el juicio por el parricidio del joven Ismael, acusado de matar a su padre, que se comunicaba con Alba e Ismael por apps como Telegram y Signal, que borran los mensajes. No recuerda que se hablara nada de una mafia. Dice que Alba les aisló a él e Ismael, se quedaron solos los tres.
¿A Ismael también le costaba discernir, como le pasó a usted con Alba? "Yo creo que sí. Si a mí me pasó a él también le pudo pasar". Más grave ha sido la acusación en el juicio, que dista de su declaración, sobre la posibilidad de que Alba incitara algún tipo de acto contra la integridad del padre de Ismael. "Darle una paliza, dejarlo grave o algo así, sí. Matarlo expresamente no recuerdo que lo dijera. Tengo muchos recuerdos bloqueados. Sobre este cambio de postura, Arnau dice que en ese momento de la declaración "tenía miedo de que se le acusara de algo". Ha confesado Arnau que Alba le obligó a dar un susto a la hermana de Ismael, "fingir un secuestro".
La Fiscalía pide para Alba 34 años y tres meses de cárcel por manipular presuntamente a un amigo con esquizofrenia paranoide para que asesinara a su padre, haciéndole creer que tenía vínculos con la mafia y que su vida corría peligro si no lo hacía. Junto a ella se sienta en el banquillo el autor confeso del parricidio, ocurrido el 8 de junio de 2019, aunque la Fiscalía pide su absolución por trastorno mental y plantea que permanezca bajo internamiento psiquiátrico durante un máximo de 29 años.
Sobre sus presuntos embarazos, Alba mintió a su propio exnovio, a quien le acabó diciendo que había abortado, y posteriormente -cuando la chica ya tenía otra pareja- a dos amigas, a las que llegó a enseñar una ecografía que resultó ser falsa. El exnovio a quien la acusada engañó con un falso embarazo ha reconocido que Alba le "manipuló" en algunas cosas y ha sido tajante en su declaración ante el tribunal: "Me enamoré de una persona de la que no me debía enamorar... Quiero que acabe todo esto y no saber de ella en mi puñetera vida".
Por su parte, la madre de la acusada ha reconocido que cuando creó un grupo de WhatsApp para preparar una fiesta por el cumpleaños de Alba incorporó al chat y mantuvo varios diálogos con Julia -el personaje que la acusada se inventó para que ejerciera como novia virtual del autor material del parricidio-, sin saber que en realidad se trataba de su hija
Hasta tal punto la madre desconocía que Julia era su propia hija que le llegó a pedir 43.000 euros para pagar unas deudas, y ella le ofreció hasta 100.000, aunque el dinero no llegó nunca. La madre de Alba ha asegurado que la acusada, a quien tuvieron que adaptar el currículum escolar, tuvo un proceso de madurez más lento de lo habitual. "Con 22 años no sabe hacerse una coleta ni cortar una rodaja de melón".
También la actual pareja de Alba ha testificado que en su día creía que la inexistente Julia se había quedado embarazada, y ha admitido que desconocía que ésta en realidad era un personaje inventado por la acusada para acercarse al parricida confeso haciéndole creer que era una policía de un grupo secreto.