La muerte de un bebé en el vientre materno después de que la madre tuviera que recorrer varios kilómetros por la falta de personal en hospitales cercanos avivó la polémica en Portugal tras semanas de limitaciones de servicios en el sistema sanitario luso.
La gestante acudió este miércoles al Hospital Distrital de Santarém, a 100 kilómetros de su localidad y a unos 80 kilómetros de Lisboa, al sentir que estaba de parto, y cuando llegó el bebé había fallecido, según medios locales.
El centro hospitalario explicó que "el equipo médico diagnosticó una muerte fetal en el útero, situación clínica inesperada, cuyos datos específicos deben ser protegidos y respetados".
Aclaró que, en el momento de los hechos, se brindó a la paciente "toda la atención necesaria" después de la admisión en el departamento de urgencias de Ginecología y Obstetricia, que se encontraba "en pleno funcionamiento".
En el marco de este caso se divulgó también que la gestante había acudido el pasado 18 de julio para una "revisión rutinaria" al Centro Hospitalario Médio Tejo (a 34 kilómetros de la vivienda de la paciente), y, según medios locales, esa unidad estaba cerrada este miércoles.
Ante lo sucedido, el hospital Médio Tejo informó ha abierto una investigación interna sobre el asunto y que no tuvo "registros de este embarazo" más allá de la revisión rutinaria de la semana pasada.
Preguntada al respecto este jueves durante una rueda de prensa, la ministra de Presidencia lusa, Mariana Vieira da Silva, transmitió sus condolencias a la paciente y pidió tiempo para que se pueda investigar la situación.
Asimismo, recordó que el Ejecutivo creó una comisión para realizar un acompañamiento de la gestión y situación "de esta realidad", en referencia al cierre y limitación de varios servicios de urgencias en el país en las últimas semanas.
"Uno de los elementos fundamentales para esa gestión es la existencia de una posibilidad de poder pagar más a los médicos del Servicio Nacional de Salud para la realización de horas extraordinarias", dijo la ministra.
El pasado 8 de junio se investigó también la muerte de un bebé en Caldas da Rainha, unos 80 kilómetros al norte de Lisboa, tras una cesárea de urgencia, cuando el servicio de obstetricia del hospital estaba cerrado por falta de médicos.
El sistema sanitario luso vive desde hace semanas problemas en sus servicios de urgencias, falta de médicos y algunos hospitales han llegado a ofrecer hasta el triple de salario para que los profesionales retrasen sus vacaciones y trabajen durante el mes de agosto.
Las carencias de la red sanitaria pública "ya existían" y "van a seguir existiendo este verano", reconocía hace una semana la ministra de Salud, Marta Temido.
En un intento por estabilizar los servicios de urgencias, el Gobierno aprobó recientemente un plan a seis meses, con bonos para reforzar las urgencias y mayor autonomía de los hospitales para contratar profesionales, pero no convence a los sindicatos.